Si llevas una vida muy estresante y apenas tienes tiempo para ir a tu clase de yoga, recuerda que puedes beneficiarte de esta práctica milenaria en solo tres minutos. Lo mejor de estas rutinas es que puedes hacerlas en cualquier lugar y se ajustan perfectamente a cualquier situación o estilo de vida.
Incluso aquellos que quieren hacer yoga, pero no tienen tiempo pueden practicarlo. No es necesario que te tumbes en el suelo, basta con que te tomes un descanso en la oficina y realices unos estiramientos.
En primer lugar, quítate los zapatos y siéntate en tu silla con la espalda apoyada en el respaldo y los pies en ángulo recto apoyados en el suelo. Haz tres inspiraciones y expiraciones profundas notando como entra el aire por la nariz, hinchando el vientre en cada inspiración y deshinchando en cada expiración.
Ahora gira el cuello hacia un lado y otro. Hazlo despacio. Inspirando cuando gires a la izquierda, y expirando cuando gires a la derecha. Después, inclina el cuello como si fueras a tocarte con la oreja el hombro. Hazlo también despacio. Primero a la derecha, y después a la izquierda. Recuerda controlar la respiración pero sin obsesionarte con ella. Repite cada ejercicio tres veces.
El siguiente ejercicio que puedes practicar en la oficina o en cualquier lugar es el siguiente: Apoya correctamente los pies en el suelo y las manos en las rodillas. Inclínate ligeramente hacia delante. En cada inspiración, aquea la espalda y lleva la barbilla hacia el techo. En la exhalación, redondea la espalda como si fueras un gato y lleva tu cabeza hacia abajo. Repítelo también unas tres veces.
El último ejercicio es el siguiente: empuja tu silla unos centímetros de tu mesa. Apoya los pies en el suelo y separados. Inclínate ligeramente hacia delante y cruza los dedos detrás de tu espalda. Ahora, en la inspiración, ve inclinando tu espalda hacia abajo, como si fueras a esconder la cabeza entre las rodillas. En este movimiento, los brazos con los dedos entrelazados subirán hacia el techo. Descansa tu pecho sobre los muslos y relaja el cuelo. Exhala. Vuelve a inspirar mientras recuperas la posición inicial y exhala. Repite tres veces.
Cuando termines estos ejercicios, relaja manos, déjalos colgando a ambos lados de la silla. Inspira y expira. ¡Ya has hecho yoga!
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