El doctor Glen Boyle, del instituto australiano QIMR Berghofer, encontró una baya que tiene propiedades curativas contra el cáncer. Después de ocho años de investigación, los resultados de los experimentos que se han llevado en perros y gatos, prometen para el tratamiento de tumores y melanomas en la cara y cuello.
El fruto, al que se le ha denominado EBC-46, crece solamente al noreste de Australia, específicamente en la región Norte de Queensland. La baya se ha utilizado para sintetizar un suero que reduce el tiempo de tratamiento de un par de semanas a cuestión de días. El suero es inyectado en la región enferma y los resultados se pueden apreciar en menos de 5 minutos.
De acuerdo con los tratamientos experimentales, apenas cinco minutos después de la primera inyección, la zona a curar se torna de color púrpura. Al siguiente día, la parte afectada se pone negra y unas 48 horas después se desprende el tumor. Se trata de una evolución muy rápida.
Este tipo de tratamiento sería, potencialmente, un acompañamiento a la cirugía o a la quimioterapia, no un reemplazo.
El doctor Glen explicó que, actualmente, los problemas del tratamiento (amén de que no se han llevado pruebas en humanos) se centran en tres puntos: en principio, la dificultad de obtener la baya, pues es “particularmente especial para escoger donde crece”. El segundo punto, radica en la aplicación, puesto que el tratamiento está limitado a zonas donde se pueda inyectar y finalmente su inutilidad para tratar casos de cáncer metastásico.
En caso de que se demuestre su efectividad en pacientes humanos podría ser una excelente opción para el tratamiento del cáncer, en especial en aquellas personas débiles para enfrentar una ronda de quimioterapia o la anestesia general de una cirugía.
Hasta el momento se desconoce por qué la baya produce el compuesto o cómo funciona, pero en un futuro cercano podría ser una opción más para atacar el cáncer y mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados.
Desde La Plaza/Fayerwayer/YIB