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Todo es permitido menos penetración

¿Es algo nuevo el petting? En realidad no, aunque antes no se le llamaba así, se le conocía como “franeleo” y ahora se le relaciona a la frase en ingles “King Out” (el rey fuera).  En esta variante sexual está permitido todo menos el coito, y se puede tener una relación sexual igualmente satisfactoria sin el riesgo del embarazo. El petting, un concepto que nació en los años 70 y que proviene del verbo inglés to pet, vuelve a imponerse en nuestros días.

Alude a besar, acariciar y tocar. O sea, todo lo que se haga con las manos y los labios. Es una práctica erótica con besos, caricias, toqueteos, masturbación mutua y algo más, permite alcanzar orgasmos intensos e inolvidables con una sola condición: ¡prohibida la penetración!

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El petting ayuda, especialmente durante la adolescencia, para descubrir el propio cuerpo y cuando se está en pareja, para explorar las zonas erógenas de cada uno, para hacerse una idea el uno del otro de forma íntima, por no hablar de la importancia de las caricias mantienen mucho más unida a la pareja.

Desde el punto de vista físico, su función es la de aumentar la excitación mutua a medida que pasa el tiempo con el fin de favorecer la penetración posterior, pero también se puede practicar individualmente. El placer, de hecho, está asegurado con o sin relación completa. La mujer puede explorar saborear varios orgasmos.

El petting no se aprende, se practica y se elige de a dos. No hay una técnica ni un manual que lo explique sino que es un verdadero juego, es la propuesta ideal para que le pongas el toque diferente a tu vida íntima, puedan conocerse más a fondo, se redescubran y reaviven el placer.

Esta experiencia sexual requiere cierto grado de complicidad y de comunicación entre los miembros de la pareja, con objeto de que lo que cada uno hace sea de agrado para ambos. Para ello es importante poder expresar sin miedos lo que a cada uno le gusta hacer o que le hagan, o incluso aquellas prácticas que claramente le desagradan.

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Concentrarse en todo el abanico de posibilidades sensuales puede resultar muy erótico, tómense el tiempo suficiente, dedíquense a tocarse y a sentir. Es volver a los juegos sexuales propios de la adolescencia fortalece el deseo, aumenta la libido y es una forma de salir de la rutina.

Es aconsejable que no toquen las zonas genitales al principio. Aprovechen de acariciar partes del cuerpo como orejas, cuello, espalda, pecho, estomago, entrepierna, muslos, rodillas, y pies. También recomendamos poner especial énfasis en zonas alrededor de los genitales que suelen ser muy erógenas. Masajea con manos, boca y lengua durante largo rato, esto resultará no sólo placentero, sino que elevará el deseo y la excitación.

Luego de una jornada larga de caricias, comiencen masturbándose de manera suave. En el proceso no dejen de lado las otras zonas erógenas del cuerpo, les dará mayor placer y será más fácil llegar al orgasmo.

Todos sabemos que el lugar más común para tener sexo es en la cama. Esto lo hace un lugar muy fácil para no resistir a la penetración. Prueben en lugares diferentes. En la ducha, baños con tina, en un sillón, en la alfombra o en el carro. Todos son lugares creativos y prósperos donde practicar el Petting, les dará otro toque especial a su cambio de rutina.

No tema acariciar cada parte del cuerpo de su pareja. Hay varias alternativas como un masaje sensual, un baño erótico con espuma. La boca es un órgano máximo de placer, úsela. Puede recurrir a diferentes sabores, a crema e incluso los lubricantes comestibles. El intercambio de roles puede resultar bastante tentador y estimulante.

El sólo hecho de pensar que habrá juego pero sin coito produce un efecto afrodisiaco y excitante.

DesdeLaPlaza.com /Rina Morales Mera – Orientadora en sexología – @rinamoralesmera

 

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