En una relación estable y monógama es inevitable que una de las dos partes (o ambas) fantaseen ocasionalmente con otras personas. Quizás a tu novia, esposa o compañera le encanta el bartender de su bar favorito, y a ti te vuelve loco una amiga de ella. Son pensamientos difíciles de evitar (surgen de manera no premeditada),pero pueden ocasionarnos problemas, sobre todo si pensamos que es factible que se conviertan en realidad.
Las fantasías de infidelidad son unas de las más recurrentes, tanto en mujeres como en hombres (aunque estos, como ocurre con todo tipo de ensueños sexuales, las tienen más a menudo), y es también una de las que más problemas causan.
Como explica la psicóloga Susan Krauss en Psychology Today, al fantasear con tener un affair con otra persona que no es nuestra pareja podemos pensar que estamos cometiendo una suerte de infidelidad mental del todo inaceptable, pues indica que la relación no está funcionando correctamente. Esta idea puede provocar ansiedad, y no digamos si empezamos a pensar que a nuestro compañero le está ocurriendo lo mismo. Pero no tiene sentido pensar que al fantasear con otras personas estamos siendo deshonestos
Si fantaseamos constantemente con la misma persona, es bueno preguntarse qué cualidades nos gustan de ella que falten en tu pareja. Krauss explica que “no necesitas compartir las fantasías con tu pareja, sino aquello que representan”.
“No tienes que sucumbir al impulso de llevar a cabo una fantasía con el objetivo original de esta”, concluye Krauss. “Llevar tu imaginación a la cama puede hacer que tus fantasías de infidelidad sean reemplazadas por otras que mejoren la forma en que tú y tu actual pareja experimentáis los momentos compartidos de intimidad”.
DesdeLaPlaza.com/El Confidencial/AMH