Apryl Brown es una mujer que desde que era pequeña tenía un sueño y era operarse el trasero. Ella es americana, con dos hijas, tenía su vida resuelta como diseñadora, pero siempre había querido cambiar alguna parte de su cuerpo. Un día una clienta le comentó que conocía un sitio en el que le harían la operación de forma muy económica.
Decidió concertar una cita para su primera sesión y fue a un piso donde le hicieron la primera intervención. Tras un rato tuvo la sensación de que lo que estaba haciendo no estaba bien y no volvió para el resto de las sesiones. El problema vino años después.
Empezó a tener muchas molestias y acabó en urgencias porque tenía las manos y los pies completamente hinchados y amoratados. Cuenta que mientras estaba allí solo pensaba: «Me muero o me apuntan las manos y los pies».
Según diversas agencias, los médicos le explicaron que era por culpa de los implantes que se había intentado poner y que tenían que amputarle las extremidades para intentar salvarla. Tras 27 operaciones, la amputación de manos y pies y la extracción de lo que quedaba de la operación estética, Apryl se salvó.
Desde la Plaza/Tele5/AMH