La Vigorexia es el trastorno del comportamiento que se caracteriza por la obsesión de conseguir un cuerpo musculoso.
Tal es el caso de Pradeep Bala, un chico de 25 años de edad, quien físicamente se ve grande, pues tiene: brazos enormes, hombros anchos y un pecho bastante grande. Aunque se vea de esa manera, para él no se suficiente a lo que es su talla perfecta: “Hay días en los que me miro al espejo y me doy asco”, dijo a la BBC.
“Cuando me veo flaco me digo a mí mismo: ¿Qué te pasa? eres débil, ¿qué problema tienes? mírate, ¿qué has hecho? Y me empiezo a pegar a mí mismo con fuerza”.
En su obsesión de conseguir el cuerpo perfecto ha caído en el trastorno, poco conocido “vigorexia” o dismorfia muscular.
Dicha enfermedad, trata de una preocupación muy obsesiva por el físico que afecta mayoritariamente a los hombres y que a veces se describe como una suerte de “anorexia al revés”.
Quienes padecen de este trastorno se ven pequeños aunque sean más grandes y musculosos que los demás.
Según una estadística en Reino Unido se estima que uno de cada 10 hombres que acuden al gimnasio padece este trastorno, que puede conducir a la depresión, el abuso de esteroides y hasta el suicidio.
“Perdí amigos, me pasaba el día en silencio”
“Mi historia es la clásica historia de quien ve a un tipo en una revista y quiere ser igual”, le describió a la BBC. “Y me meto en un diálogo interno que es un círculo vicioso. Me digo, ‘pórtate como un hombre’”.
Este londinense que vive solo cuenta que al principio, cuando empezó a entrenar y a seguir una dieta estricta, se sintió muy bien. Pero pronto esa rutina empezó a dominar su vida y ya no importaba cuánto músculo iba ganando, siempre quería más.
“Yo estaba insatisfecho con lo que veía en el espejo, daba igual que me dijeran que se me veía bien. Me pasaba el día en silencio, me levantaba iba al trabajo, hacía lo que tenía que hacer, entrenaba y me dormía. Eso era todo”.
Indicios del trastorno
Rob Willson, presidente de la Fundación para el Trastorno de la Dismorfia Muscular en Reino Unido, dice que la condición está en aumento pero que muchos casos no son diagnósticados porque hay muy poca conciencia sobre el problema.
“Lo tienen miles de personas, que están excesivamente obsesionadas con su aspecto, tienen una autoestima muy baja y además tienen ansiedad y preocupación”, dijo.
“Algunos individuos pueden volverse muy depresivos y desesperanzados, y eso puede llevar al suicidio”, alertó.
Estos son algunos de los comportamientos asociados a este trastorno:
– Esforzarse excesivamente en el gimnasio
– Entrenar compulsivamente
– Usar esteroides anabólicos
– Observar excesivamente el cuerpo frente al espejo
– Abusar de los suplementos alimenticios y beber constantemente batidos de proteínas
– Irritabilidad y ataques de ira
– Depresión y manías
– Pánico si se pierde una sesión en el gimnasio
– Continuar el entrenamiento cuando se está lesionado
– Darle prioridad al entrenamiento sobre la familia y la vida social
Según Rob Willson los hombres tienen una creciente presión sobre cómo debe ser su aspecto si quieren ser exitosos, poderosos y atractivos.
“Vemos una presión creciente sobre los hombres para ser musculosos, tener un cuerpo en forma de V (cintura estrecha y hombros anchos) y unos abdominales definidos”, añadió.
DesdeLaPlaza.com/OD/GV