Hay muchas parejas que hacen el amor a oscuras, a veces por vergüenza por costumbre, perdiéndose así todo el estímulo que es posible obtener a través de los ojos.
¿Con la luz apagada o prendida? Esta es una decisión que solo depende de unos segundos, pero su impacto puede definir el placer o la frustración de una pareja en la intimidad.
Hay muchas parejas que deciden la iluminación del acto sexual en base a sus complejos, inseguridades y miedos, principales enemigos del erotismo y la sexualidad.
El temor de mostrar el cuerpo cuando alguno de los miembros tiene menoscabada la autoestima, es el peor de los consejeros para estimular el deseo sexual. “La visión es uno de los puntos erógenos sensoriales más activos en el varón como en la mujer, así que mostrar el cuerpo es el mejor estímulo para provocar la excitación. Ver lo que se está haciendo y sintiendo, es lo ideal”, afirma la sexóloga Sandra Lustgarten.
Momento de elegir
En el campo sexual todo está permitido, siempre que exista respeto y confianza en la pareja. Si aún no sabes que te resulta más placentero en la intimidad (hacerlo con la luz prendida o apagada) aquí te decimos algunas cosas que debes tomar en cuenta antes de tu elección, con información de Carolina Villalba, psicóloga especialista en sexología clínica.
Luz prendida
1. Sin límites. Tu excitación aumenta mucho al poder ver claramente y en detalle a tu pareja y observar la situación sexual, posturas o gestos, pudiendo también disfrutar de verte a ti mismo en el acto, a través de un espejo por ejemplo.
2. Erotización de la mirada. La vista es el sentido más importante para el cortejo en el ser humano.
Luz apagada
1. Juego. Hay quienes gustan de lugares más oscuros o en penumbras, donde jueguen los reflejos y sombras, para entregarse más a la experiencia sexual y para poder dejarse fluir y que dominen las fantasías.
2. Placer al máximo. Disfrutan mucho de la construcción de fantasías sexuales, las cuales son muy ricas y puede que se desarrollen con más libertad y riqueza en un ambiente con poca luz.
Luz prendida o apagada, es una elección, que de acuerdo con Villalba, sólo dependerá del interés sexual, capacidad, emociones y el objetivo que desee cada miembro de la pareja.
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