Dejar atrás los días de vacaciones no siempre es fácil. El síndrome postvacacional afecta a un 45% de los trabajadores que sufren malestar físico y emocional en el momento en el que se incorporan al trabajo y hace que su rendimiento laboral, su vida familiar y personal se vean afectadas (discusiones y problemas con la pareja o los hijos).
Los síntomas parecen comunes en todos los trabajadores cuando vuelven de un periodo de descanso, pero lo que caracteriza la depresión o síndrome postvacacional es la duración y el momento en que se presenta.
Se produce en la primera semana de vuelta al trabajo y suele ser pasajero. Si dura más de 15 días habría que estudiar las causas más profundas que originan esa situación y hablaríamos de otra cosa.
La planificación es muy importante para volver a incorporarse a la rutina. Cuando volvemos al trabajo hay que saber que no somos “superhéores” y es necesario que el trabajador se de un tiempo de adaptación coherente. Marcarse objetivos resulta imprescindible, hay que ponerse límites para volver a la rutina, es normal que cueste.
Además, es necesario retomar el contacto con los amigos y familiares a los que no se ha visto durante la época de descanso y tener propósitos como si de año nuevo se tratase.
La alimentación y el deporte también juegan un papel sustancial a la hora de volver a la rutina. Tenemos el pensamiento de que el trabajo y las actividades agradables son incompatibles, y eso es un error.
El deporte hace que se liberen endorfinas, lo que provoca que el estado de ánimo mejore y el estrés y la inapetencia se vean reducidos en un alto porcentaje. Hay que aprovechar los ratos de ocio entre semana y no dedicarse exclusivamente al trabajo.
DesdeLaPlaza.com/Mujer Hoy/AMH