Muchos se ha dicho que las grasas son malas, sin embargo no todas, porque el Omega 3 está en el renglón considerado poliinsaturada y ayuda a garantizar una óptima respuesta antiinflamatoria que evita la aparición de enfermedades degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.
Además este tipo de ácido graso es responsable del buen funcionamiento de la vista, así como de los sistemas cardiovascular y cerebral.
Este nutriente segrega una sustancia llamada prostaglandina del tipo antiinflamatoria responsable de regular la presión arterial y el sistema inmunológico, también inhibe la aparición de trombosis, afirma el nutricionista y especialista en Metabolismo Humano, Johan Almazar.
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Entre otros beneficios que se le atribuyen al Omega 3, es que ayuda a mejorar algunas enfermedades como psoriasis, artritis, várices e hígado graso, y hasta funciona como un antiinflamatorio cerebral que evita la aparición de enfermedades degenerativas.
Almazar, explica que los ácidos grasos de Omega 3 aumentan los niveles de energía. «Se ha demostrado en estudios que su consumo incrementa la utilización de las grasas y carbohidratos a nivel muscular y hepático», agrega.
Por otro lado, el especialista advierte que debe existir un balance debido a que el exceso de Omega 3 puede provocar hemorragias.
De modo que antes de comenzar a consumir Omega 3 es importante consultar a un experto porque cada persona tiene un requerimiento particular. «Hay que evaluar los tiempos de coagulación de la sangre, porque si tarda en hacerlo, no se puede prescribir Omega 3», destaca el nutricionista.
Por lo tanto, Almazar recomienda balancear el consumo lo que a su juicio es fácil de lograr. «El plato de comida debe combinarse balanceadamente entre ensaladas y vegetales (50%), carbohidratos como el arroz (25%) y el restante (25%) de proteínas que se pueden conseguir en pollo, carne o granos, señala.
Las grasas Omegas 3 se consiguen en pescados, sardinas, anchoa, salmón, arenque, linaza y en la yema de los huevos. Además de nueces, almendras, espinacas, fresas, lechuga, pepinos, aguacates, coles y piña.
El consumo de algunos de estos alimentos ricos en Omega 3 aumenta la fluidez sanguínea y evita el endurecimiento de las principales arterías del corazón.
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