Muchas personas tienen un odontólogo de confianza, al que acuden sin miedo pues lo conocen desde hace muchos años -en algunos casos es el que atiende a toda familia- y gozan de reconocimiento entre sus colegas
Al momento de asistir a alguna consulta médica es esencial verificar si el médico en cuestión realizó su rutina de higiene (asearse, cambiar los guantes y esterilizar los instrumentos de trabajo), cosa que no realizaba Desmond D´Mello, un reconocido odontólogo de Nottingham, que podría haber infectado de Sida (HIV) a 22 mil pacientes.
D´Mello entró al ojo del huracán después de la muerte de Amy Duffield, una joven de 23 años que perdió la vida diez días después de asistir a su consultorio por una extraña infección. Razón por la cual las autoridades sanitarias convocaron a los 22.000 pacientes que tuvo el dentista en sus 32 años de ejercicio para hacerle análisis de sangre, con la finalidad de descubrir si contrajeron algún virus que se contagia a través de la sangre, como el HIV y Hepatitia B y C.
La muerte de Duffield puso en evidencia las fallas higiénicas de D´Mello. Constatando filmaciones y testimonios de otros pacientes, se verificó que habitualmente trabajaba sin lavarse las manos, ni cambiarse los guantes, y más peligroso aún, sin higienizar las herramientas con las que operaba sobre la boca de las personas.
Entre los potenciales contagiados hay cerca de 5.000 niños y bebés.
Preventivamente, el dentista fue suspendido y, desde entonces, no puede ejercer. Ahora, tras meses de investigación, se tomó la decisión de hacer estudios a todos los pacientes.
Por el momento, no se levantaron cargos contra D’Mello. «Los detectives están trabajando para establecer si hay nexos entre la muerte de Duffield y el tratamiento que recibió«, dijo un portavoz de la policía de Nottingham.
Desde La Plaza/Infobae/COM