Aunque naturalmente en el sexo existe lubricación natural, hay varios factores que pueden afectar en la cama. La falta de sueño, el estrés o las hormonas. Es ahí cuando el lubricante llega al rescate.
Usar el correcto te traerá muchísimos beneficios. No sólo hará mucho más placentero el uso del condón, sino que también incrementará tu deseo sexual y logrará que llegues al climax más veces de lo que te imaginas.
Invierte: Antes que nada, tenemos que decirte que un buen lubricante puede costarte un poco de dinero, sin embargo lo vale. Invierte en alguno que sepas que es de buena calidad, pues evitará que existan reacciones con tu piel.
Lubricantes con base de agua: Son súper fáciles de lavar con agua y muy recomendables para las chicas que tienen piel sensible, ya que contienen menos químicos. Escoge uno que no tenga parabenos, glicerina o petroquímicos. No se recomiendan para usar bajo el agua.
Lubricantes con base de silicón: Son ideales para usar bajo el agua, así que si quieres tener sexo en una tina o piscina, ¡esta es tu opción! Ten cuidado con no derramarlo en tus sábanas, pues cuesta un poco más de trabajo quitar las manchas del producto.
Lubricantes térmicos: Los de este tipo se calienta en contacto con la piel, haciendo que el sexo sea aún más caliente de lo que imaginas.
Lubricantes de sabor: Es ideal para el sexo oral. Existen miles de sabores y aromas que convertirán el cuerpo de tu pareja en un paraíso, ¡no dejes de probarlo!
Lubricantes para disminuir la sensibilidad: Si tu chico es eyaculador precoz, este lubricante, el cual hace que la sensibilidad disminuya un poco, es tu mejor opción. Podrá durar horas y horas, así que prepárate.
Bolsitas individuales: No tienes que comprar un frasco enorme, en las sex shops venden pequeñas almohadillas que contienen un poco de lubricante, ¡esto lo hace ideal para probar varios y ver cuál te gusta más!
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