Recuerdo un día en que recibí una invitación para atender a un grupo de señoras que venían a reunirse en uno de los consultorios de la clínica y luego de unas dos horas de reunión, mi curiosidad me llevo a preguntar, quienes eran ese grupo de personas que habían estado reunidas con algún@s pacientes que tenían problemas con su manera de beber, ninguna era medic@, y las llamaron para presentármelas, personas agradables de fluidez en su lenguaje y describieron en breves palabras que pertenecían a un grupo de autoayuda llamado Al-Anon.
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No entendí cual era su función en el tratamiento de los enfermos alcohólicos que allí se encontraban para ese momento hospitalizados, innumerables reuniones en la clínica y me invitaron un sinfín de veces unos y otras grupúsculos de compañeros y compañeras invitándome a que fuera a una reunión con ell@s a la Oficina de Bello Monte, donde se le estaba dando forma y figura a la estructura de la Corporación de Alcohólicos Anónimos de Venezuela.
Estaban entusiasmándome para que me incorporara a su grupo de trabajo y estaba conociendo un grupo de seres fantásticos que mi Poder Superior me estaba enviando de a poquito, gente sin reservas, sin mezquindades, dispuestos a turnarse en guardias nocturnas para contestar el teléfono de cualquiera que en cualquier parte estuviese pidiendo ayuda.
Para una persona que estaba sufriendo las consecuencias del alcoholismo desatado en su hogar eran las Guardias Nocturnas que le brindaban una mano, a esa persona que estaba pidiendo ayuda en su casa, en una plaza, en un bar o en algún lugar olvidado de la vida donde tenía que llegar la luz de Alcohólicos Anónimos.
Se trataba de un Equipo de personas que se habían constituido en un Equipo de Trabajo espontáneamente a lo largo y lo ancho de todo el país con un objetivo bien definido, consolidar a Alcohólicos Anónimos de Venezuela.
Me invitaron a una reunión en el Grupo El Bosque, un salón muy amplio que quedaba en la Iglesia evangélica que tenía sus paredes cubiertas de hiedra y un gran salón donde se reunían el grupo de Alcohólicos Anónimos.
De allí recuerdo a Pancho un sabio que me enseñó mucho de la Comunidad, a Mercedes una Dra. que había estudiado conmigo en la UCV Especialista en Nutrición Del grupo Al-Anon a su esposa Nenuska, una dama muy sabia y buena relacionista pública, y el grupo de Ala-teen, allí estaban los hijos aprendiendo como hacerle frente a esta terrible enfermedad.
Fue agradable encontrar que quien estaba pasando el mensaje por alcohólicos anónimos era un hombre joven a quien saludé, por ser conocido de la infancia y le pregunté que ¡¿qué hacía en esa reunión?, me dijo algo que todavía me sirve de apoyo para recordar momentos gratos de las reuniones de Alcohólicos Anónimos, no soy alcohólico pero vivo desde que me casé como si lo fuese. Me ha ayudado a llevar mi vida más ordenada y con FE en un Poder Superior.
Recuerdo que uno de los pioneros en la lucha contra el alcoholismo en Venezuela fue el Dr. Luis Razzetti ( 1895 a 1932 ), quien llevó adelante la Campaña Nacional contra el problema del alcoholismo y el Dr. Francisco Antonio Risquez Comisionado Nacional de Instrucción Pública quien desarrolló la Reglamentación de la enseñanza antialcohólica.
Decenas de años hasta el presente, en que por fin los venezolanos estamos ganando, al menos en nuestra patria, la lucha contra el flagelo del alcoholismo. No basta con buenas razones es necesario desarrollar buenas acciones.
DesdeLaPlaza.com/Dr. Laureano Elías Torres