En su trabajo, cuyos resultados publica la revista «British Journal of Cancer», analizaron los patrones alimenticios de más de 2.000 mujeres y observaron que esta dieta es especialmente beneficiosa para los tumores mamarios más agresivos, los triple-negativos, para los que de momento no existe un tratamiento quimiopreventivo.
Además, han evidenciado también que la dieta occidental –basada en un alto consumo de productos grasos, dulces y bebidas calóricas– es «la mas perjudicial» para estos tumores, ya que puede aumentar en torno a un 40 por el ciento el riesgo de desarrollarlos.
En el trabajo han participado un total de 23 unidades de Oncología de hospitales españoles que se encargaron de reclutar a 1.017 pacientes ya diagnosticadas con este tumor y de unos 50 años de media, y otras 1.017 mujeres sanas de edades similares.
Todas ellas se sometieron a un riguroso cuestionario en el que tenían que detallar al máximo la alimentación que habían seguido en los últimos cinco años. En total se tuvieron en cuenta un centenar de marcadores, lo que sirvió para definir tres patrones de dieta diferentes.
La calificada como dieta mediterránea se caracterizaba por un consumo variado de pescado, verduras, legumbres, patatas, frutas y aceite de oliva, y por un bajo consumo de zumos y bebidas calóricas. Y en la medida que cumplían más con este patrón, menor era el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Desde la Plaza/EFE/AMH