En el cerebro humano existen 100.000 millones de neuronas y 1.000 billones de conexiones entre ellas, caminos bien definidos por donde se transmiten los impulsos que determinan cada una de las acciones que percibimos y que realizamos.
Mediante el conectoma, un mapa completo de las conexiones neuronales del cerebro, se determina el proceso de comunicación entre neuronas (sinapsis) del sistema nervioso dentro del cerebro. Para ello, se emplean cuatro métodos de obtención de imágenes por resonancia magnética nuclear.
Gracias a los mapas de la conectividad cerebral se han podido observar las substanciales diferencias entre la arquitectura del cerebro de los hombres y de las mujeres.
En el hombre hay una mayor cantidad de conexiones en la parte delantera del cerebro, centro de coordinación de las acciones, y la trasera, donde se halla el cerebelo, que es importante para la intuición.
Esto permite que los hombres sean en promedio más aptos para aprender y ejecutar una sola tarea que requiere acciones rápidas, como andar en bicicleta, esquiar o navegar, ya que poseen altas capacidades de procesamiento de la información.
En las mujeres, estas conexiones unen el hemisferio derecho, donde se halla la capacidad de análisis y el tratamiento de la información, hasta el hemisferio izquierdo, el centro de la intuición.
Así, las mujeres son superiores a los hombres al realizar varias tareas simultáneamente al poseer una mayor capacidad de atención, memorización de palabras y rostros, además de poseer mayores capacidades sociales.
Estas diferencias aparecen en la adolescencia. Sin embargo, los cerebros del hombre y de la mujer son complementarios, ya que el primero está optimizado para las comunicaciones intrahemisféricas y el segundo para las interhemisféricas.
El conectoma ayuda a entender mejor la distinta manera en que hombres y mujeres piensan, así como a discernir mejor sobre las causas de los disturbios neurológicos a menudo vinculados al sexo de la persona…
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