En estos tiempos donde la gente siempre anda con “la cara amarrada”, suele ser algo extrañísimo ver a alguien con la sonrisa de “oreja a oreja”.
Si sonríes mucho, es capaz que las personas que están a tú alrededor te perciban así:
1. Todos piensan que les estás coqueteando. ¡Pero simplemente te gusta sonreír!
2. Quienes piensan que les estás coqueteando, se molestan porque creen ¡que estás coqueteando con todos!
3. Si no creen el punto 1 o 2, preguntan “¿por qué siempre estás sonriendo?” o “¿por qué eres tan feliz?“, como si fuese un crimen.
4. La gente se acerca a hablarte, siempre.
5. Eres el blanco fácil para que desconocidos te pregunten direcciones o la hora.
6. También para que te cuenten anécdotas. Sonreír no significa que lo estoy pasando genial, pero bienvenido los nuevos amigos
7. En resumen, todos quieren contarte su vida, mientras tú ya olvidaste qué es lo que querías hacer.
8. Nadie te cree cuando dices estar enojado. Lo que te enoja aún más, y aumentan las risas de los demás.
9. Pero cuidado, si sonríes en los momentos menos apropiados, quedarás como una insensible.
10. La gente se sorprende cuando muestras otra emoción aparte de alegría. Feliz es y siempre será tu estado de humor por defecto, pero eso no quiere decir que no experimentes otras emociones.
DesdeLaPlaza.com/UPSOCL/MD