Viacom, como gigante que en 2013 gastó 3.000 millones de dólares en crear contenidos, tiene que estar especialmente atento a los cambios que se producen en los usos catódicos, un medio que ha visto mutar las costumbres de su audiencia desde que el ADSL y los dispositivos móviles hicieron posible que cada terminal se convirtiera en una pantalla. De su capacidad de adaptación depende en buena parte seguir manteniendo su cuota de mercado. “La buena noticia es que la televisión sigue siendo la referencia a nivel de consumo de los medios de comunicación”, afirma. Según los datos que esgrime, ese nivel aumentó en todo el mundo. Especialmente, en África.
“El consumo actual es lineal y no lineal. Esta última es la tendencia del año que viene y de los que le seguirán”. Cuando habla de lineal se refiere a ver televisión en un televisor, ese electrodoméstico que preside los salones de la mayoría de los hogares, sean chabolas o palacios, en gran parte del mundo. El reto está en lo que denomina no lineal. “Nos tenemos que adaptar a la utilización de la multiplataforma. Acabamos de hacer un estudio que nos dice que la experiencia de la televisión es una fusión con una segunda o tercera pantalla, la interactividad con el espectador y el engagement a través de redes sociales”.
Ahora podemos crear contenidos en Angola que se exporten a Portugal. Es una novedad interesantísima que las excolonias sean las que más tengan que aportar a las antiguas potencias metrópolis
Accesible, Relevante y Tailor (hecho a medida). En pocos años, lo que era una forma tradicional de aislamiento, esas familias calladas viendo la tele, se ha convertido en otra forma de relación virtual. “Un informe analizaba recientemente el nivel de adrenalina de las personas que ven la televisión solos o con un iPad, y dejaba claro que era mayor cuando usaban dispositivos” .
Desde la Plaza/El País/AMH