El orgasmo femenino siempre ha estado lleno de mitos, este guarda una enorme variabilidad dependiendo de la cultura: mientras que en algunas comunidades es rara la mujer que no tiene uno o dos orgasmos durante el acto sexual, en otras -inmersas en una represión severa- brilla por su ausencia.
Según los especialistas, no existe una norma que rija el orgasmo femenino, cada mujer lo experimenta de distintas forma, intensidad y duración.
Cultura Colectiva realizó una lista con algunos datos curiosos acerca del orgasmo femenino:
Los filósofos Aristóteles y Platón, creían que el erotismo femenino podía ser tan fuerte que, durante el coito, la mujer podía partir en dos a un hombre por sus caderas.
En Kenia, los Masai sólo tienen relaciones en la noche cuando la mujer está cansada, porque según sus creencias el orgasmo puede ser capaz de convertir el semen en agua.
La tribu africana, Bantús, le tienen temor a las contracciones de la vagina durante el orgasmo y prefieren eyacular entre las rodillas de sus esposas.
Los hombres de Benín, país africano, hacen que las mujeres se casen entre sí para darse placer entre ellas y cuando quieren tener hijos alquilan un varón para que las embarace.
En la China antigua inventaron las populares “ben-wa” o “bolas de geisha” que se insertaban en sus vaginas para que el roce estimulara su punto G y tener una placentera sensación durante el día.
Algunos pueblos de África y Nueva Guinea tienen la creencia de que la vagina contiene dientes que pueden morder el pene si el deseo femenino se torna ingobernable.
Los franceses utilizan el término ‘’Petit Mort’’ para definir el clímax ya que para ellos durante la muerte la última sensación era un orgasmo.
En España, los Isabelinos estaban convencidos de que cada orgasmo les restaba un minuto de vida.
Algunos médicos de Viena, a principios del siglo XX, extirpaban el clítoris porque consideraban que el orgasmo podía provocar en la mujer debilidad mental y dificultad para tener hijos.
Sólo la cuarta parte de las mujeres llega al orgasmo sin necesidad de estimular el clítoris, y únicamente 1.5% utiliza un objeto para simular la penetración cuando se masturba.
DesdeLaPlaza.com/CulturaColectiva/KM