Accidentalmente, los médicos que llevan un programa de vacunación en el norte de Siria, en el área en poder de los rebeldes, administraron un relajante muscular a 75 niños. Como consecuencia de la aplicación 15 de ellos murieron.
Una investigación preliminar de la Coalición Nacional descubrió que a los menores, entre seis y 18 meses, les fue dado atracurio en lugar de una solución utilizada en las vacunas contra el sarampión.
Sus padres inicialmente acusaron a las autoridades de salud de la oposición de no almacenar las vacunas adecuadamente o de usarlas una vez caducadas.
La Coalición Nacional, por su parte, dijo que sospecha de una «violación de la seguridad por parte de unos vándalos vinculados al gobierno del presidente sirio Bashar al Assad«.
Desde La Plaza / BBC / JT