La carne roja no es «mala» ni «buena». Es un alimento más y, como sucede con cualquier otro, debe ser consumido con moderación y a conciencia. ¿Se puede vivir sin ella? Sí. ¿Se debe vivir sin ella? No necesariamente.
La carne roja es rica en proteínas, es una excelente fuente de hierro que contribuye a prevenir o controlar estados de anemia. También aporta potasio, fósforo, zinc y vitaminas del complejo B. Además, como tiene alto poder saciante, mantiene al aparato digestivo ocupado por largo tiempo.
¿Cuánto sería un «consumo excesivo», que pueda afectar nuestra salud? María Perversi, nutricionista de la Fundación Cardiológica Argentina, explicó que el exceso del consumo de carne roja están asociados a:
- Se ha asociado a un incremento en la mortalidad por diferentes causas. Hay evidencia de mayor riesgo de cáncer, sobre todo de mama y de colon.
- Se ha vinculado con una mayor incidencia de accidentes cerebrovasculares (ACV), de enfermedades que se asocian a la circulación sanguínea y al funcionamiento vascular del organismo.
Lo aconsejable es comer carne roja dos o tres veces por semana. La porción recomendada equivale a entre 100 y 120 gramos o del tamaño de tu palma, aproximadamente. En cualquier caso, es importante que se elijan cortes magros, es decir, con poca grasa.
El resto de los días conviene dejar lugar para las carnes blancas y, para las legumbres. Así sería un posible cronograma:
- Carnes rojas magras: 2 ó 3 veces por semana.
- Aves sin piel: 2 veces por semana.
- Pescados y mariscos: 3 veces por semana
Claro esta, siempre vale la pena consultar al especialista. Ellos podrán realizarte un chequeo y armar un plan de alimentación a tu medida.
DesdeLaPlaza.com/EntreMujeres/SEB