Al menos 3.700 niños de Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona han perdido a uno o a ambos padres a causa del virus del Ébola, según las estimaciones de Unicef hechas públicas.
Uno de los principales problemas que enfrentan estos menores es el hecho de que, a menudo, sus familiares los rechazan por miedo a que les puedan contagiar con la letal enfermedad, señala Unicef.
El organismo alerta que, dado que la epidemia se ha intensificado en las últimas semanas, la cifra de huérfanos puede duplicarse de ahora hasta mediados de octubre.
Desde La Plaza/EFE/AMH