Diferencias políticas, incompatibilidad de caracteres, deportes, moda, gustos musicales, en fin, son muchos los temas que pueden provocar un debate, pero nunca intentes discutir con hambre.
Investigadores de las universidades de Ohio (EE.UU.) y Amsterdam (Holanda) descubrieron que tener niveles bajos de azúcar puede provocar aumento de la agresividad y que las discusiones entre parejas sean más incendiarias.
En el estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), participaron 107 parejas casadas. Durante 21 días midieron sus niveles de glucosa en la sangre dos veces al día.
En este periodo los investigadores comprobaron que las personas con menor nivel de glucosa habían sido más agresivas con sus parejas que los que tenían niveles normales de azúcar.
La otra fase del experimento consistió en facilitar un muñeco vudú con rasgos de su pareja y 51 alfileres. La prueba consistía en que al final del día tenían que enterrar tantos alfileres en el muñeco según su nivel de enfado (sin la presencia de su pareja). Los resultados: mientras más bajo el nivel de glucosa mayor cantidad de alfileres clavaban al muñeco.
“Hay una clara relación entre los impulsos agresivos, como los que hemos observado con los muñecos, y una conducta agresiva real”, afima Brad Bushman, autor principal del estudio.
Esta reacción se tiene porque el autocontrol se ‘alimenta’ de la glucosa en la sangre, y cuando esta se agota provoca una disminución de esta capacidad. Por esta razón no es recomendable discutir con hambre, ya que estaremos más iracundos y agresivos que de costumbre.
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