Aunque no lo crean, comer dos a tres raciones de papas fritas por semana puede duplicar el riesgo de muerte prematura, así lo concluyó un estudio publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition realizado por un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Brescia y la sociedad CEINGE Biotecnologie Avanzate (Italia).
Si bien la papa puede formar parte de una dieta saludable, algunos estudios sugieren que comerlas en exceso puede plantear riesgos para la salud como la hipertensión.
Para este estudio, los investigadores durante 8 años realizaron un seguimiento a 4.440 adultos, de entre 45 y 79 años de edad, con la intención de examinar los efectos del consumo de papas fritas en la mortalidad. Además, contaron con los datos del estudio de cohortes de la Iniciativa de Osteoartritis de EEUU.
A lo largo del estudio, los participantes llenaron un cuestionario sobre alimentación donde los investigadores comprobaron la ingesta semanal de papas y de papas fritas de los participantes. Durante los 8 años que duró el estudio, 236 participantes fallecieron.
Aunque comer papas no afecta la salud, la ingesta de papas fritas sí aumenta el riesgo de motalidad. Los investigadores descubrieron que comparado con los adultos que no las comían, los que consumían alrededor de dos o tres raciones cada semana tenían el doble de riesgo de muerte prematura.
Dado que el estudio es exclusivamente observacional, no se pueden hacer conclusiones firmes, pero los autores apuntan que «el consumo frecuente de papas fritas parece estar asociado con un mayor riesgo de mortalidad y se deben realizar estudios adicionales con muestras más grandes para confirmar si el consumo general de papas está asociado con un mayor riesgo de muerte».
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