En el carro, en el trasporte público, saliendo de los audífonos de un transeúnte, mientras nos duchamos, cocinamos o hacemos las labores diarias, en fin, la música está en todas partes. Pero, ¿qué le ocurre a nuestro cerebro para que sea tan importante y cree la necesidad de escuchar música? Estos son algunos de los beneficios que nos proporciona.
Verdadero placer mental
Una investigación canadiense lograba «fotografiar» lo que ocurría en nuestro cerebro cuando escuchábamos canciones.
Las imágenes obtenidas por resonancia magnética mostraron a los científicos cómo la música ejercía un auténtico efecto placentero sobre nuestra mente. En particular en un lugar del cerebro llamado “núcleo accumbens”, que es el encargado de que tengamos esa sensación de agrado tan característica.
El grupo de Valorie Salimpoor publicó sus resultados en la revista Science, y gracias a su trabajo concluyeron que la música suponía una «auténtica recompensa intelectual» para nuestro cerebro.
Nos permite ser más eficaces
Escuchar canciones nos permite ser más eficaces en nuestro trabajo. Un estudio publicado en la revista Neuroscience and behavioral physiology en 1999, indicaba que escuchar música podría permitirnos trabajar más rápido.
En su caso, examinaron el comportamiento de varios voluntarios mientras escuchaban música clásica o rock. Los participantes en esta investigación debían hacer ejercicios de reconocimiento visual y, sorprendentemente, lograban los mejores resultados mientras oían piezas de audio.
Esta iniciativa, sin embargo, no demostró ningún tipo de relación entre el volumen de la música y la eficacia de los voluntarios al realizar sus actividades. En otras palabras, poner ese disco que tanto nos gusta a todo volumen, no significa que vayamos a trabajar más rápido.
Otra de las conclusiones curiosas de este estudio, fue que cuanto más se repetía una determinada canción, menor eficacia demostraban los participantes en los ejercicios de reconocimiento visual. Es decir, no lograremos ser más eficaces si nos ponemos una y otra vez nuestra canción favorita.
No es recomendable para estudiar
Aunque podría parecer que oír canciones siempre mejora nuestra eficacia, lo cierto es que no siempre es así. Un estudio realizado por científicos de la Cardiff Metropolitan University demostraba que, en ocasiones, «el silencio era oro». Al estudiar es preferible utilizar ambientes silenciosos.
Y es que cuando nuestro cerebro debe hacer un esfuerzo extra para comprender, asimilar y memorizar nueva información, necesitamos que toda nuestra mente se concentre en eso. En ese caso, escuchar música podría desviar nuestro foco de atención y hacer que nuestro cerebro no trabajara al máximo rendimiento.
La explicación, según estos científicos, se basa en que la música interfiere en cómo se forma la memoria a corto plazo, que es el mecanismo utilizado para aprender mientras estudiamos. No importó que genero escucharon los participantes durante el estudio, el problema es que recordaban y asimilaban menos conceptos cuando su cerebro oía a la vez los diferentes grupos.
DesdeLaPlaza.com/ ALT1040/ ABD