Muchas parejas tienen por costumbre experimentar y realizar sus fantasías sexuales, hacerlo en el carro, en un sitio público, intercambiar roles, un trío y disfrazarse de animales, pero cuando estas prácticas se haces cotidianas los especialistas las clasifican como inusuales y son identificadas como parafilias.
Pero, ¿qué es una parafilia? Se conoce como parafilia cuando la fuente de placer no se encuentra en el acto sexual, sino en alguna otra actividad.
Actualmente, una de las parafilias más practicadas es la conocida como “furry” la cual implica utilizar disfraces de animales y asumir la personalidad del mismo para mantener relaciones sexuales con su pareja.
Fantasía por el peluche
Aunque las investigaciones sobre esta práctica son muy escasas, un estudio publicado en el journal Society and Animals de la psicóloga social Kathy Gerbasi, realizado durante la convención anual de furrys, brinda algunos de los datos más interesantes.
1. Los hombres son más propensos a ser furryes que las mujeres.
2. Las personas con esta parafilia recuerdan disfrutar más de los dibujos animados que otros niños.
3. Les gusta más la ciencia ficción que a otras personas.
4. Entre los disfraces más comunes que utilizan están los de lobo, zorro, burro, tigre, y las combinaciones de gato y conejo.
Una de las cuestiones más interesantes es que la elección del disfraz tiene que ver totalmente con la personalidad. Eligen al animal con el que más se identifican, porque el traje se convierte en un fetiche sexual por sí mismo y quien lo porta se comporta completamente como lo que representa.
El furry es una de las parafilias menos peligrosas que una persona pueda desarrollar, siempre y cuando su pareja esté de acuerdo en practicarla. De esa forma ambos logran conseguir el placer sexual al dejar salir su “instinto animal” y complacerse en todas sus fantasías.
¿Cuándo hay problemas?
De acuerdo con Miquel Casas, sicólogo especialista en sexología del Institut Barcelona de Sexología, todos en algún momento podemos experimentar una fantasía o deseo de tipo paralifico, pero en un repertorio más amplio, esto no representa ningún problema.
Una persona con parafilia muestra una verdadera obsesión por un fantasía determinada, por lo que es fácil que se enfrente a problemas con la ley, familiares o sociales por dicha conducta sexual”, afirma.
Por ello si las fantasías de tu pareja implican disfrazarse de animales, pero es algo que te incomoda o les genera problemas, lo mejor es que acudan ante un especialista que los ayude.
A tu pareja le gusta vestirse y actuar como un animal en la cama? Conoce esta parafilia
Desde La Plaza/Sexualidad180/COM