Cuando escuchamos la palabra orgasmo pensamos en placer, erotismo, satisfacción, clímax, cuerpo, masturbación, pareja y así vamos describiendo lo que cada uno puede ir construyendo alrededor de esa mágica palabra. Es un recorrido largo que mujeres y hombres desean transitar con el fin de llegar a esa sensación de placer que deja el orgasmo. Pero, ¿por qué es tan placentero y lleva a las personas a un estado de bienestar, relax y genera sueño?
Cuando se tiene un orgasmo se libera las hormonas dopamina, oxitócina y feniletilamina, serotonina encargadas de generar esa sensación de satisfacción. Los juegos previos son importantes porque permiten ir abonando el camino. Explorar las zonas erógenas de la pareja, salir de la rutina y no olvidar cada uno tiene su propia manera de llegar.
En el caso de las mujeres, obtener el orgasmo se necesita tiempo y es de suma importancia estimular el clítoris; tiene 8.000 terminaciones nerviosas y su única función es generar placer. Hay mujeres que logran un solo orgasmo, pero otras son multiorgásmicas. El patrón sexual es individual, cada uno en el transcurrir de su vida sexual va observando qué le gusta, cómo y dónde desea ser estimulada.
El orgasmo masculino es la cima del placer de todo hombre, y sin lugar a dudas es menos complicado y difícil de alcanzar como el orgasmo femenino. Cuando el hombre recibe un estímulo de carácter sexual, este lo excita y provoca entonces un impulso nervioso que viaja hacia sus órganos sexuales y provoca contracciones en la próstata, los canales que transportan el esperma, en lo músculos de la cadera, muslos y la base del pene.
Simultáneamente, el ritmo cardíaco se acelera junto con la respiración, la presión arterial también aumenta. Solemos creer que la eyaculación y el orgasmo masculino van de la mano. Sin embargo esto no es tan cierto. Los orgasmos tienen diferentes niveles de intensidad y el hecho de haber eyaculado no quiere decir que el orgasmo fuera algo realmente satisfactorio.
Además, los hombres pueden ser múltiorgasmico sin necesidad de eyacular y acabar con un único orgasmo. Pocos hombres experimentan esta otra faceta, donde el placer esta multiplicado en el mismo acto sexual.
Hay hombres que pueden tener orgasmo seco, sin eyacular. Esto puede producirse por la contracción del músculo pubocoxígeo, situado en el suelo de la pelvis, inmediatamente después del orgasmo, se utiliza para forzar la detención de la orina, es decir cuando hay una dificultad en la vejiga del hombre para cerrarse al momento de eyacular, de modo que el semen suele irse a la vejiga buscando un lugar a donde escapar. Por lo general, sucede después de una operación de próstata o cuando el hombre sufre de diabetes tipo 1.
Algunas parejas se trazan como meta llegar juntos al orgasmo, se puede lograr en ciertas ocasiones pero en otras no. Cada persona tiene su manera muy particular de excitarse y tiene sus tiempos, casi siempre no coinciden con los de la pareja. Por eso se dificulta con la especulación cronométrica para alcanzar juntos el orgasmo.
Una de las claves para lograr esa sincronía es tener mucha comunicación, esperar y entender los tiempos de la pareja. Es decir, el hombre debe ir dosificando su placer, de manera que llegue más tarde a ese punto de no retorno, dándole tiempo a la mujer para que llegue a su pico de excitación. Además, es importante jamás descuiden los juegos previos y la estimulación.
DesdeLaPlaza.com/ Rina Morales
Orientadora en Sexología
TW: @RINAMORALESMERA