Si eres de los que creen que el tamaño de tu pene da más pena que gloria, este artículo te descubrirá que, en más ocasiones de las que imaginas, las apariencias engañan. Y si te entretiene especular con lo que habrá debajo de unos pantalones, pero no te atreves a preguntarlo, te dará algunas pistas para intuirlo sin ponerte en evidencia, fantasear con el descubrimiento y poder actuar en consecuencia. A fin de cuentas, la imaginación es un arma poderosa que nos arrastra a lugares infinitos e insospechados, muy frecuentemente menos decepcionantes que aquellos que la realidad nos propone…o no.
Lo cierto es que, con la que está cayendo, con una economía que nos asfixia, con la política convertida en un verdadero problema, ¿qué sería de la vida sin estos conocimientos aparentemente intrascendentes y siempre sugestivos? Desde luego, una existencia mucho más insípida y aburrida porque ¿hay algo más interesante que lo superfluo?
Así, si creías que la playa nudista era coto exclusivo de aquellos que atesoran un misil entre las piernas, que sepas que ese cohete puede ser un balín comparado contigo a la hora de excitarse. Los estudios demuestran que un pene flácido que mide menos de 7’5 cm aumenta su tamaño aproximadamente un 260% en estado de erección, mientras que uno mayor lo hace de promedio tan sólo un 165%. Esto lo saben muy bien los fabricantes de condones, quienes periódicamente elaboran sus estudios y fabrican sus productos con arreglo a ellos. Por tanto, ríete a partir de ahora si en algún momento te has sentido cohibido en el gimnasio ante ese amigo que con una seguridad insultante se pasea desnudo hacia la ducha, es probable que en el fragor de la batalla manejen sables parecidos.
Pero si las diferencias con tu amigo tal vez no sean tan acusadas como imaginabas, la etnografía hace ciertos algunos tópicos y demuestra que el tamaño del pene erecto varía sustancialmente de una raza a otra. Sí, como pensabas, los negros la tienen más grande y musculosa y sus testículos son los más aparentes. De media, se puede asegurar que el tamaño del pene en erección de las distintas razas difiere aproximadamente en los siguientes términos:
Orientales: entre 10 y 14 cm de largo y 3 cm de grosor.
Caucásicos (es decir, los de aquí): entre 14 y 15’2 cm y 3’8 de grosor.
Negros: entre 16 y 20 cm de largo y 5 cm de grosor.
Y lo más curioso: el tamaño medio de la vagina de la mujer diverge de una raza a otra adaptándose a las medidas tipo de los hombres de su entorno. De este modo, la vagina de las orientales es más pequeña que la de las caucásicas y la de las negras más grande que las anteriores, variando en la misma proporción el tamaño de su clítoris (que no el resultado de su estimulación). Otro curioso ejemplo de adaptación y selección natural que seguramente el tiempo y un mundo globalizado irá modificando… con permiso de los Creacionistas y la complacencia con que algunos líderes políticos les alientan.
Así que, visto lo visto, sabiendo que para los sexólogos todo pene mayor de 6 cm en erección es apto para la liza sexual, sin temor a ser conformistas (o sí), estamos en disposición de rebatirle a cualquiera, que sin pudor alguno nos exhiba las excelencias de su pene como un arma de destrucción masiva, que habrá que verle en la situación adecuada para determinar si su exceso de confianza lo confirma la realidad o la refuta.
Pero más allá de la exhibición o la realidad está la suposición; y, sobre todo, la especulación. Especular con lo que se esconde bajo el pantalón es algo que, siquiera inconscientemente, muchos hombres y mujeres han hecho alguna vez. Existe multitud de trucos, más o menos acertados, para determinar lo que puede medir el pene sin necesidad de bajarle los pantalones. Estos son algunos de ellos:
Abrir la mano izquierda y medir la distancia entre el extremo del pulgar y del meñique (vamos, para entusiastas empedernidos).
La medida del pulgar 3 veces (para fantasiosos sin solución).
Con la mano extendida flexionar el dedo índice hasta tocar la palma de la mano manteniendo extendidos el resto. La distancia existente entre el punto al que has llegado y el extremo de dicho dedo, es la longitud del pene (bueno…).
A manos grandes, pene grande.
A pies grandes, pene grande.
A nariz más grande, pene más grande.
Hombre pequeño y delgado, pene más grande (se representa como una pistola a través de un gesto realizado con los dedos índice y pulgar formando ángulo recto, donde el índice es el lado paralelo al suelo e indica el pene y el pulgar es el hombrecillo. Al contrario, si el hombre es alto y de pene escueto).
Dependiendo de cómo se siente el hombre podemos deducir la longitud de su pene también: si se sienta con los pies juntos y las rodillas separadas, se mide la distancia entre las mismas, se divide entre dos y el resultado es el tamaño del pene. Si por el contrario, lo hace con los pies separados y las rodillas caídas hacia los lados, la distancia entre ambas se divide entre 3 y el resultado es el mismo.
Sin embargo, de todos los métodos que podemos encontrar, sólo uno viene avalado por el trabajo de un grupo de científicos coreanos que determinó que existe una relación directa entre el tamaño de los dedos índice y anular de la mano derecha y del pene, una relación manifestada en el mismo útero en el periodo de desarrollo del feto. Parece ser que la mano derecha podría estar más influenciada que la izquierda por la testosterona en el periodo de gestación, y los resultados fueron sorprendentes: la longitud de estos dedos indicaría lo grande que es el pene en estado de flacidez, mientras que la ratio de ambos nos daría una idea muy aproximada de su tamaño en erección. La ratio se obtiene dividiendo la longitud del dedo índice entre la del dedo anular, de forma que, cuanto menor es la ratio, más largo es el pene. Así que, ya sabes, a observar, porque a través de sus manos podrás saber muchas cosas interesantes acerca de él: cuanto más corto sea su dedo índice respecto del anular, más largo tendrá el pene en erección. Todo un hallazgo para tímidos y curiosas sin solución.
DesdeLaPlaza.com/THP- Jaime López Fernández / AMH