Los primeros días del año son propicios para proponerse nuevas metas, buscar nuevos proyectos y renovar todas las energías… y eso le ocurre a millones de personas que de alguna manera quieren aprovechar el nuevo año para cambiar lo que no les gusta en sus vidas, o simplemente para proseguir nuevos objetivos.
Viajar más, conseguir trabajo y deshacerse de esos kilitos de más son los tres propósitos que más se plantean los ciudadanos, según una encuesta realizada por ABC.
Pero no todo se trata de tener un empleo estable y adelgazar, muchas personas desean pasar más tiempo con su familia y amigos, mientras que otros esperan hacer más deporte, cuidar su alimentación, conocer gente nueva, graduarse, aprender un nuevo idioma y no falta quien quiere dejar el vicio este nuevo año.
Desde luego, este es el momento propicio para iniciar todos estas proyectos, pero con el paso de los días el empeño y las fuerzas con la que inicias tus nuevos planes se desinfla con el paso de los días y las semanas. Y lo que en un inicio se veía prometedor de deja pocos meses después.
Mikah de Waart, coach y experto en motivación personal y laboral, comenta que la mayoría de los intentos para conseguir algo fallan. El 77% de personas mantiene sus propósitos una semana, el 55% un mes, el 40% los mantiene durante seis meses y solamente el 19% aguanta sus conductas nuevas por más de dos años, según investigaciones sobre propósitos (Norcross y Vangarelli, 1989). Casi todos han tenido algunas recaídas en la conducta anterior.
Este coach ofrece los siguientes pasos para cumplir de verdad los propósitos y no abandonarlos en el intento:
1. Apunta tus objetivos: Si no tienes la disciplina de escribir tu objetivo, ¿cómo quieres tener la constancia para ejecutarlo?
2. Escribe por qué esta conducta es importante para ti. Determina qué ventajas conllevan tus propósitos para ti y piensa en el impacto positivo que van a tener cuando los consigas. Imagina la cara de tus amigos, de tus familiares, cómo te vas a sentir tú cuando lo tengas, cuánto se van a alegrar tus allegados… Según el investigador americano Icek Ajzen existen tres factores importantes para realizar propósitos:
—Los beneficios del propósito: nos cuestionamos si empezar a hacer, por ejemplo: si dejar de fumar es sano o no. Es decir, lo más importante es lo que pensamos sobre la conducta: si la conducta en sí es beneficiosa no importa tanto. Por ello, busca datos que confirmen que tu propósito es beneficioso.
—Pensamos en la opinión de nuestros amigos y familiares. Nos importa lo que van a pensar, sus opiniones: mis amigas me van a apreciar, mi pareja va a pensar que la idea es tonta, mi familia se va asorprender.
—Cuestionamos si realmente somos capaces de cambiar nuestra conducta. Aquí todo tipo de creencias son importantes. Sencillamente no soy deportista, no podemos decir ‘no’, al contrario debemos afirmar que somos buenos en todo lo que nos propongamos.
3. Convierte tus propósitos en imágenes, dibujos y frases muy atractivas. Haz un collage con lo que te has propuesto. Solamente escribir un propósito no es suficiente atractivo para empezar todo el trabajo que supone tener que cambiar conductas. Necesitas algo más emocional, algo así como si fuera una foto de tu futuro ideal y ver aquél estado que te está esperando. Cuando lo tengas hecho, lee tus propósitos y mira tu collage cada día.
4. Determina tu conducta deseada: qué tienes que hacer. Este es un paso esencial, sin cambios en tu conducta no vas a conseguir nada. Esta es la parte difícil, la prueba de si vas a convertir tus propósitos en realidad. Determina de qué forma vas a actuar para iniciar el camino. ¿Qué es lo que tienes que hacer? ¿Cuántas veces? ¿Cómo vas a planificar tus semanas? ¿Qué días a la semana y que horas al día vas a dedicarle a la conducta nueva? Se lo más concreto y específico posible.
5. Preparación de momentos difíciles. Determina con antelación qué situaciones van a dificultar mantener tu conducta deseada. La mayoría de las personas que empiezan una dieta la dejan en un momento difícil.
Establece previamente cómo quieres actuar en momentos difíciles y cómo vas a actuar. Por ejemplo, quizás debes comer algo antes de ir a esa cena, o puedes beber un refresco light en vez de algo que lleve alcohol. En realidad, ya sabes las situaciones que te han dificultado en anteriores ocasiones mantener tu propósito, así que determina una conducta alternativa por si te vuelve a pasar.
6. Tener un plan B. Si un día recaes y no cumples con tu propósito, no pasa nada. La inmensa mayoría es demasiado exigente consigo mismo. Nos sentimos tan mal si pecamos o caemos una vez, que pensamos que hemos fracasado totalmente y llegan los pensamientos negativos: “ves, ya sabía que lo de dieta no era nada para mí…es que no tengo fuerza de voluntad”. Y en ese momento decides que, como has recaído, ya no puedes volver a levantarte y te instalas en tu conducta anterior. Las pocas personas (19%) que consiguen cambios duraderos, es decir, más de dos años, en su mayoría han tenido una o varias recaídas en su conducta anterior y además forma parte del proceso.
7. Pregunta a tus amigos si te quieren ayudar. Asegúrate de que puedes buscarlos si pasas un momento difícil en ese proceso para que te puedan apoyar. El hecho de sentir la responsabilidad de no defraudar a tus amigos suele ser un pilar grande de apoyo.
8. Date recompensas durante el camino. Casi todos los propósitos que son importantes requieren un esfuerzo durante mucho tiempo y es importante celebrar los pequeños logros durante el camino. Por ejemplo si quieres perder peso, puedes comprar ya alguna prenda de tu talla deseada, para que sientas que te está esperando al final del camino. Si llevas una semana sin fumar, regálate algo, date algún premio. Así, tu cerebro vincula placer y positividad con los cambios que estás iniciando en lugar de solamente sufrimiento por lo que has tenido que dejar atrás.
Desde La Plaza / ABC / COM