Este hombre iraní de ochenta años de edad parece sacado de una película de terror y es el resultado de durar 60 años sin bañarse. El ermitaño lleva una vida bastante primitiva cuya única posesión es una pipa donde fuma restos de animales, vive en la villa de Dezghag perteneciente a la ciudad de Fashband, Irán, donde nadie parece conocer la razón por la cual no ha vuelto a tomar un baño.
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