Al menos una vez por año todo serieadicto traga grueso, deja de respirar y escucha (aunque no esté sonando) una música de suspenso que lo pone con los pelos de punta por unos segundos, y hasta que no se revele la decisión tomada a puerta...
Al menos una vez por año todo serieadicto traga grueso, deja de respirar y escucha (aunque no esté sonando) una música de suspenso que lo pone con los pelos de punta por unos segundos, y hasta que no se revele la decisión tomada a puerta...