El Vaticano se pronunció tras el suicidio de la joven estadounidense de 29 años, Brittany Maynard, quien sufría de cáncer terminal, asegurando que «no juzgamos a las personas, pero el gesto en sí es condenable».
El presidente de la Pontificia Academia para la Vida, Ignacio Carrasco de Paula, dijo a la prensa italiana que «esta mujer consideró que quería morir con dignidad. Pero ahí está el error, quitarse la vida no es algo bueno. El suicidio no es una muerte con dignidad».
La situación de Brittany conmocionó al mundo luego de que se diera a conocer que llevaría a cabo la eutanasia como consecuencia de su enfermedad.
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La mujer tomó este fin de semana una cantidad de medicamentos y acabó con su vida.
Maynard, quien se casó en 2012, sufrió de un cáncer cerebral agresivo y según los médicos tenía un tiempo estipulado de 6 meses de vida desde abril de este año. Fue sometida a una operación cerebral, sin embargo, el tumor maligno reapareció.
Antes de pasar por el momento más crítico de la enfermedad, la estadounidense decidió terminar con su vida, pero en su estado natal California no era posible practicar la eutanasia. Por ello debió mudarse de San Francisco a Portland, Oregon, uno de los cinco estados donde está permitida.
Desde La Plaza/ DPA/ KH