Aunque sea una revolución invisible, porque los ciudadanos conocen mejor las dimensiones del trasero de la modelo Kim Kardashian que los espectaculares avances de la biotecnología, bacterias modificadas genéticamente por científicos ya son capaces de producir combustibles, plásticos, insulina para diabéticos, hormonas del crecimiento, antibióticos e incluso vacunas.
Son bacterias comunes, presentes en nuestras heces, también en las de Kim Kardashian. La más habitual es la Escherichia coli, tan fácil de modificar genéticamente en el laboratorio que su expansión como fábrica industrial solo se ha retrasado por el temor a fugas de estos microbios transformados al medio ambiente.
Hoy, dos equipos científicos trabajando por separado presentan un nuevo método para minimizar estos miedos. Los investigadores, de las universidades estadounidenses de Harvard y Yale, han reescrito el ADN de la bacteria E. coli para que sea incapaz de sobrevivir sin unos nutrientes artificiales que no existen en la naturaleza.
Desde la Plaza/El País/AMH