Hoy, un nuevo caso de maltrato animal nos llega desde el lago Ohrid, en el suroeste de Macedonia. ¿La víctima? Un hermoso cisne que fue arrastrado violentamente fuera del agua por una turista búlgara. ¿Y la razón? la mujer quería una fotografía, para llevarse un recuerdo de las «maravillosas» vacaciones que estaba viviendo.
Las imágenes muestran cómo la mujer agarró al cisne con fuerza de una de sus alas, la mantuvo junto a ella, a pesar del temor y las ganas del pajarraco de escapar. De más está decir que la noble ave nunca intentó morderla. De hecho, están acostumbrados a tratar en su día a día con las personas.
Según el medio local Macedonia Online, que cubrió la noticia, la turista búlgara abandonó al cisne a su suerte tras cumplir su propósito. El ave se quedó inmóvil durante un par de horas, para finalmente morir.
Como podrán imaginar, estas imágenes han causado repudio en las redes sociales y la prensa mundial.
Hace un par de semanas, el mundo entero se indignó con las imágenes que llegaban desde la playa Santa Teresita, en Argentina, donde los bañistas decidieron sacar del agua a dos delfines, para obtener una selfie y publicarla en las redes sociales. ¿Lo más lamentable de la situación? Uno de los delfines murió en el proceso, y las mismas personas que tanto interés habían sentido, ahora lo dejaban tirado sobre la arena, demostrando el menor tipo de compasión.
Otro caso reciente, pero menos conocido, es el de un tiburón que sacaron del agua en Palm Beach, en Florida, Estados Unidos, también para conseguir la foto perfecta.
Sin embargo, creo necesario volver a recalcar que estas situaciones no se pueden seguir repitiendo, y menos por una selfie. Los animales merecen vivir en paz y tranquilidad, lejos del contacto con el ser humano.
DesdeLaPlaza.com/Upsocl/RS