Muchos pensaban que la tumba de Drácula estaría en Transilvania. Pero investigadores de la Universidad de Tallin, en Estonia, aseguran haberla hallado en Nápoles. Afirman haber encontrado los restos de Vlad III, figura en la que supuestamente se basa el famoso personaje de terror ideado por Bram Stoker.
Realmente, el hallazgo de la tumba fue obra de una estudiante de doctorado, Erika Stella, que investiga el claustro de Santa Maria la Nova, ubicada en Nápoles, para su tesis. Al detectar la extraña tumba, dio la voz de alarma a historiadores de la universidad que han llevado a cabo meses de investigación.
El príncipe Vlad III, también conocido como Vlad el Empalador, nació en Transilvania en 1431 en el seno de una familia noble y se le conocía como Vlad Draculea, que en rumano significa hijo del dragón.
Al parecer, este noble era conocido por castigar de manera salvaje a sus enemigos. Son muchos los historiadores que aseguran que cuando fue príncipe de Valaquia, principado rumano hasta mediados del XIX, acabó con la vida de entre 40.000 y 100.000 personas.
Hasta ahora se suponía que Vlad III perdió la vida en una batalla. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Tallin, en Estonia, aseguran que han descubierto evidencias que sugieren que el conde fue capturado por los turcos tras un combate. Asimismo, señalan que su hija María, que había contraído matrimonio con un noble napolitano, pagó un rescate por la liberación de su padre, que más adelante fue trasladado a Nápoles.
El experto en historia medieval Raffaello Glinni, explicó que la lápida hallada estaba cubierta de imágenes y símbolos de Transilvania, lo que resultaría extraño para un noble italiano.
«Si uno se fija en las esculturas en bajo relieve, el simbolismo es obvio (…) El dragón significa Drácula y las dos esfinges opuestas representan la ciudad de Tebas, también llamada Tepes. En estos símbolos está escrito el nombre del propio conde: Drácula Tepes», agregó.
Desde la Plaza/La Vanguardia/ AMH