El karma es eso que en cualquier momento de nuestras vidas regresa y nos recuerda lo que hicimos, y eso fue lo que le pasó a una pitón africana que murió a manos de su propia comida.
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Un ejemplar de Python sebae, -conocida como pitón africana de roca- de cuatro metros de largo pensaba que podía devorar cualquier presa. Pero en su camino se encontró con algo que no pudo digerir, un puescoespín.
La filosa armadura de pinchos del puercoespín no la intimidó y como hacía con todas sus presas, la serpiente se estiró gracias a su enorme flexibilidad y se lo comió de un bocado, literalmente.
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El animal fue pasando por su cuerpo alargado hasta alojarse en su aparato digestivo. Entonces comenzaron los problemas: las paredes internas de la pitón empezaron a ser atravesadas por las púas del puercoespín.
El sorprendente hallazgo lo realizó un ciclista que transitaba por el paraje sudafricano de Lake Eland Game Reserve, y divisó el cuerpo hinchado de la colosal serpiente.
Cuando los cuidadores de la reserva fueron informados la pitón ya estaba muerta. La abrieron para ver qué había ocurrido y sacaron el cuerpo sin vida del puercoespín, que estaba casi intacto.
«No están claras las razones precisas del deceso. Parece que muchos pinchos se atascaron en el tracto digestivo y la serpiente cayó de una cornisa«, explicó Jennifer Fuller, gerente de la reserva.
«No sabemos si murió antes, o la caída terminó de matarla», concluyó.
DesdeLaPlaza.com/Infobae/COM