¿Sabías que en 2013 se fabricaron en el mundo 22.000 millones de pares de zapatos? ¿Que el 87% de ellos se produjeron en Asia? ¿Y que en Europa se compran cuatro de cada diez? La mitad de los europeos no sabe nada sobre estos datos, ni sobre las condiciones en que se manufacturó el calzado que usa cada día, en muchas ocasiones bajo salarios ínfimos y poniendo en peligro la salud de los trabajadores.
La campaña Cambia de Zapatos, puesta en marcha por 15 organizaciones europeas -entre las que está la española Setem Federación trata precisamente de reivindicar “una cadena de suministro ética, sostenible y transparente” y apelar a los consumidores para que tomen conciencia del origen de sus zapatos.
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El objetivo es que al igual que la campaña Ropa limpia puso el foco en las condiciones de los trabajadores del textil, ahora Cambia de Zapatos quiere lograr lo mismo con la industria del calzado. Para ello lanzarán en breve una aplicación móvil para que la ciudadanía se una de forma virtual a una marcha hacia Bruselas para pedir a las instituciones europeas “a que adopte normas claras que garanticen la transparencia en la cadena de suministro de zapatos”, según señala Setem en un comunicado.
China, el primer productor
Según datos manejados por Setem, el primer exportador es Asia y el mayor importador Europa, donde cada año nos gastamos una media de 171,9 euros en zapatos -en España, 189,8-. El país que más calzado produce es China, seguido de India, Brasil, Vietnam e Indonesia. El consumidor europeo paga unos 120 euros por una zapatilla deportiva que se fabrica en Indonesia. De ese dinero, solo un 2% se emplea en salarios de los productores.
En el procesamiento de las materias primas y en la fabricación del producto es donde se producen los mayores abusos, como subrayan desde la campaña: en el curtido del cuero “se incumplen normas esenciales de seguridad”. Ponen como ejemplo el suceso ocurrido el pasado enero en una curtiduría de Tamil Nadu (India), donde murieron ahogados nueve trabajadores y un vigilante al derramarse el tanque de reciclaje de residuos. No estaba suficientemente bien anclado y rebasada la cantidad permitida.
Es sorprendente lo poco que los consumidores y las consumidoras sabemos acerca de la producción de calzado.
DesdeLaPlaza.com/eldiario.es/EFE/ AQ