Las lluvias ponen a los venezolanos en tensión. Al salir de sus casas cada mañana, se encuentran ante el terrible dilema de guardar el paraguas en el bolso y acumular más peso de lo necesario, dejarlo en casa o comprárselo uno a un buhonero.
Como sabemos que no eres el único que pasa por estas travesías, a continuación te dejamos 5 reacciones típicas del venezolano ante un inminente ‘palo de agua’.
1.- Llueve justo a la hora del almuerzo o de la salida
Aquel escaso momento de felicidad y frenesí en el que te separas de tus responsabilidades y deberes para irte a almorzar o para correr a casa hasta el siguiente día, se ve opacado por esa tormentosa lluvia que te obliga a quedarte atrapado en esa terrible espiral de trabajo más tiempo de lo esperado.
2.- Llevar zapatos inapropiados para la lluvia
Triste es que llegue la lluvia cuando estamos en la calle o en algún lugar público lejos de casa. Pero nada más terrible que te agarre cuando no tienes la vestimenta adecuada para recibirla. Aquellos zapatos de tela o esas ‘cholitas’ que usan las damas no son de gran ayuda ante un inminente torrencial. ¡Qué incomodo caminar con los zapatos y las medias mojadas!
3.- Que llueva después de llegar a tu trabajo
«Jefe/Profe, cayó un palo de agua terrible y no puedo llegar a tiempo al trabajo/escuela«, solemos decir desde la comodidad de nuestras camas cuando escuchamos el ‘palo de agua’ antes de salir a la oficina. ¡La excusa perfecta! Pero, ¿Qué pasa cuando la lluvia llega cuando ya estamos en nuestro destino? tragedia, decepción.
4.- Piscina olímpica a la vista
Para nadie es un secreto que cuando llueve, los desagües públicos colapsan, y en consecuencia, se forman aquellas piscinas olímpicas en el medio de la vía, que nos impiden cruzar una simple calle de dos canales. En ese momento, en que tenemos que caminar tres cuadras más para poder llegar al mismo punto de haber cruzado una calle, decimos todo tipo de malas palabras y lamentos. Y lo que es peor, corremos el riesgo de ser afectados por la razón número 2 de esta guía.
5.- El famoso frizz
Basta una sola gota de agua para que nuestro cabello pierda ese liso sensual y se transforme en una maraña incontrolable, que tanto mal rato nos deja. Más aún cuando es viernes y tenemos esa rumba con los panas.
Desde La Plaza/NCH