¿Alguna vez has dejado de asistir algún lugar o encuentro social debido a tu apariencia física, origen étnico o color de piel? Si tu respuesta es afirmativa, quizás estas experimentando el endorracismo.
El presidente del Instituto Nacional contra la Discriminación Racial, Jesús Escobar, explicó que el endorracismo “es atribuible a la forma en la que socialmente algunos grupos con características propias, se excluyen a sí mismos o a los propios”. Es decir, podría definirse como una expresión derivada de la teoría del racismo, en el que una persona se autodiscrimina y tiene sentimientos de inferioridad dada a su pertenencia a determinado grupo.
Escobar indicó que en Argentina aplican un estudio al que llaman “Teoría del blanqueamiento”, en el que determinan cuál es la percepción del estatus social de una persona según su color de piel. Resulta impresionante que en los resultados se arroje que la mayoría considera que mientras más pigmentada tenga la piel más descenso tiene en su aceptación social.
Endorracismo en Venezuela
¿Existe el endorracismo en Venezuela? En una sociedad como la nuestra, donde aún el racismo es un tema tabú, este término suele ser poco conocido. Sin embargo, diariamente somos testigos de múltiples expresiones de este tipo, incluso podemos ser el origen de ellas.
Por ejemplo, es considerado endorracista negar la forma de tu cabello e intentar cambiarla por el simple hecho de sentirte “normal” o estar más acorde a los patrones de belleza establecidos. Situación que empeora si defines a tu cabello “como pelo malo” ¿Por qué lo consideras malo? es necesario reflexionar al respecto.
También es común ser testigos de expresiones como “es que yo soy de pueblo” o “eso me pasa por negro”, como si el origen territorial o el color de piel fueran impedimentos para lograr ciertos objetivos.
Erradicarlo es la lucha
Afortunadamente, desde el 2011 Venezuela cuenta con la Ley Orgánica contra la Discriminación Racial, en el que se maneja el concepto del endorracismo y se ha establecido una lucha para erradicarlo, con la misma intensidad que se hace con la xenofobia o el discriminación racial.
No son sólo las leyes que pueden luchar contra esta conducta, es un autoanálisis y valoración a lo propio, lo que puede hacer una gran diferencia a la percepción que tengamos de nosotros mismos y nuestros semejantes.
DesdeLaPlaza.com /Anabel Barrios Díaz