Para el pasado lunes 26 del Enero, los meteorólogos estadounidenses tenían prevista una borrasca de nieve sobre Nueva York que iba a ser la tormenta del siglo, con hasta 60 cm de precipitación en algunos puntos.
Se cerraron líneas de autobuses, el Metro y se tomaron toda clase de precauciones a la espera de la tormenta.
Ésta pasó al este de N.Y.C. Cayó nieve, pero lo normal en Nueva York. Los meteorólogos se equivocaron y se disculparon.
En España pasa lo mismo, y en Inglaterra, Alemania, Francia… Se hacen llamadas de atención y luego no pasa nada, o se dice que no va a pasar nada y luego hay un fenómeno intenso.
La predicción del tiempo meteorológico ha mejorado de forma inimaginable hace unos 50 años, pero aún sigue fallando y seguirá fallando por más que nos esforcemos y dediquemos a ello esfuerzo y dinero.
¿Por qué es imposible una predicción 100% exacta en meteorología?
La realidad es que no ocurre sólo en meteorología, sino en el mundo de verdad donde la predicción exacta es imposible. Sólo predecimos bien, y no siempre, el comportamiento de las máquinas que hemos construido para que funcionen de forma determinista. Y aún así se averían de manera aleatoria.
La idea de las soluciones finales, del determinismo perfecto, es una herencia de la cultura judía de la que somos herederas las otras dos culturas que de ella se derivan: las basadas en siglos de cristianismo y el Islam. Puesto que en estas tres culturas hay un momento final (en la cristiana, el Juicio Final) en el cual se resuelven todos los problemas, estas tres culturas asumen, implícitamente, que hay soluciones finales.
Desde la Plaza/El Mundo/AMH