-Muchacho véngase para la casa, decían las madres. Y los hijos o hijas estaban, volando por los aires con sus papagayos, en la cuadra ruchando metras a los amigos, jugando a las muñecas o sirviendo el té entre niñas. Eso sí «los niños con los niños y las niñas con las niñas», se señalaban entre sí.
La excepción era el escondite o la famosa «ere». Ahí todos eran igualitos. El primero implicaba la complicidad con el «escondete aquí vale, eso sí, calladito». El segundo delataba las típicas expresiones «eres tú vale», «yo no sé, pero yo no sé eres otra vez, decían los otros».
-Muchacho salte de ese aparato, dicen las madres de ahora. Lo dicen tantas veces que con solo apagar «ese aparato», consiguen respuesta. Bien sea a través del celular, de la tablet, el Play Station o el Nintendo, niñas y niñas son, desde muy pequeños, unos nativos digitales cuyos primeros amigos, en muchos casos, son virtuales. Esos son los chamos del siglo XXI.
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Haciendo historia…
Este domingo los niños celebrarán un nuevo día, celebración que viene de la mano con el compromiso que deben tener los padres, familiares, maestros, amigos y gobiernos con aquellos que debido a su corta edad, son vulnerables ante el entorno.
De hecho, el origen de tal festividad se debe a que posterior a los abusos cometidos durante la I Guerra Mundial, las Naciones vieron la necesidad de establecer una legislación que protegiera el futuro de los niños y las niñas en el planeta. Una de las primeras activistas en la materia fue Eglantyne Jebb, fundadora de Save The Children, la cual contó con la colaboración del Comité Internacional de la Cruz Roja para la Primera Declaración de los Derechos del Niño. A partir de ese momento el terreno estaba abonado.
La Declaración fue sometida a votación por La Liga de las Naciones la cual la adoptó y ratificó en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño un histórico 26 de septiembre de 1924. Exactamente un año después, durante la Conferencia Mundial sobre el Bienestar de los Niños se declaró el Día Internacional del Niño. En 1954 la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas recomendó la institucionalización del Día Universal del Niño.
Un cambio de generación
El incremento de las innovaciones tecnológicas ocurrida a finales del siglo XX y principios del siglo XXI trajo consigo un radical cambio de generación. La nueva forma de relación entre los humanos incidió directamente en la relación con los más pequeños de la casa.
En el 2013 la consultora de medios Common Sense Media investigó el porcentaje de penetración de los niños en Internet y concluyó que al menos el 38% de los niños menores de dos años usan aparatos móviles mientras que el 72% de niños menores a 8 años ha utilizado un dispositivo electrónico. Los niños mayores a 8 años incrementan significativamente estas estadísticas.
Los chamos de ahora coordinan reuniones por Facebook, conocen a otros a través de Twitter, coinciden con algunos a través de Instagram y se cuentan las novedades por WhatsApp. Los paradigmas de comunicación han cambiado, y los niños de esta era digital tienen menor contacto real que antes. ¿Qué tan positiva es esta situación en un mundo globalizado? ¿El panorama es tan apocalíptico como lo planteaba en la década de los 80 Marshall Mc Luhan?
En el mes de mayo del presente año el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó la campaña «Stand Up Mobile» cuyo objetivo es concienciar a la sociedad en general acerca del uso de dispositivos móviles en la sociedad y garantizar un entorno más seguro. De la mano de la asociación GSMA se lanzó una serie de monólogos humorísticos que fomenten la protección de las niñas y niños en medio de una sociedad que cada vez más experimenta circunstancias difíciles en el ámbito social.
De hecho, el jefe regional de Alianzas y Sector Privado de Unicef en América Latina, Stefan Stefansson, advirtió de que cada vez es más fácil que quienes tienen malas intenciones con los niños encuentren víctimas en línea. Es una clara advertencia para los padres. Una debida orientación y el bloqueo de contenido inapropiado pueden ser acciones que disminuyan el riesgo.
Sin embargo, no todo es malo dentro de esta era digital. La constante comunicación de padres e hijos mientras están en la escuela o en casa, la búsqueda oportuna de información para tareas así como el desarrollo de proyectos y juegos para el desarrollo de destrezas mentales pueden ser algunos de los alcances de este salto generacional.
Siempre es importante que se consiga un balance para el uso oportuno y equilibrado de los equipos electrónicos, así como el fomento, en el hogar y la escuela, de aquellos juegos y actividades que implican la sana diversión, la interacción en familia y el rescate de aquellos juegos y tradiciones de la cultura venezolana que permitirán que cada cual se exprese con el niño que lleve dentro.
¡Feliz Día Internacional del Niño!
DesdeLaPlaza.com / Jesús Villamizar