Por donde se observe hay color. El mundo del tatuaje no sólo expone la capacidad de ilustrar del tatuador, sino la precisión al colocar en la piel la policromía de la aguja. En Caracas abundan los espacios para llenar el cuerpo de formas que permanecerán eternamente, hay muchos que trabajan en este oficio, pero pocos tienen la destreza, técnica y profesionalismo de Nathaly Bonilla.
Ella es comunicadora social oriunda del estado Táchira y posee la virtud de dibujar como también convertir la piel en lienzo.
Virtuosa en su creación
Bonilla es una de las artistas visuales más importantes del país. Se inició en el mundo de la plástica a los 14 años de edad, momento donde descubrió su talento, que siempre pule con novedades en la creación artística.
En entrevista al equipo de Desde la Plaza, Nathaly desnudó su personalidad y nos abrió las puertas de su estudio, ubicado en Parque Central, para contemplar lo que considera ha hecho toda su vida: dibujar.
Con el apoyo de sus padres, decidió salir de Rubio (pueblo donde vivió su infancia) y venir a Caracas, otorgándosele la oportunidad de trabajar como ilustradora de libros infantiles en diferentes editoriales.
“Siempre sentí que los niños tienen una capacidad imaginativa superior a los adultos, de hecho es hasta envidiable, pero de cierta forma la creación del libro infantil me fascina “, comentó Bonilla.
Para Nathaly, trabajar en este tipo de ilustraciones representa la oportunidad de adentrarse en el mundo de los autores, imaginarlo gráficamente e incluso, otorgar espacios para crear características de personajes que los escritores podrían haber dejado en blanco.
Tatuajes sin “Book”
La transición de Bonilla entre el papel y la piel se dio hace cuatro años atrás, impulsada por la curiosidad de realizar sus ilustraciones a través de una nueva técnica.
“En el tatuaje vi la oportunidad de hacer una técnica nueva, siempre me llamó la atención ver la máquina de tatuar como un pincel y me gusta trasladar lo que hago en papel a la piel, porque es la oportunidad de tener un lienzo que va por la calle, siendo visto por todos”, expresó Nathaly.
Al determinar que sí iniciaría la conversión del papel a la piel, ella tomó la maquina de tatuar e inició su dibujo con la aguja en la pierna, logrando una impresionante rosa.
“El primer momento en el que puse la aguja en mi piel, tardé como cuatro minutos en blanco, ya que era una decisión muy rara, pero ¡no me dolió! y fue muy cómico”, recordó la artista entre risas.
Tatuaje como expresión cultural
En la actualidad, la diseñadora plantea que es necesario la creación de una organización de tatuadores, el cual estimule una mayor inclusión social y la visión social de lo que representa el arte corporal en el país.
“En los últimos tiempos, el tatuaje se está convirtiendo en algo más serio, más artístico; si antes era conocido como algo carcelero o pandillero, ahora no es así, y es buen momento para discutir el tatuaje desde una perspectiva artística y cultural”, expresó Bonilla.
La artista, estima que si bien los tatuadores tienen deberes, en relación a los aspectos sanitarios y de higiene, también deberían ser considerados los derechos de los creadores, a través de la Ley sobre Derecho de Autor.
“Algunos clientes llegan con la foto de un tatuaje y me dicen que quieren eso, yo les digo que no, porque eso lo hizo otro artista, así como es plagio en un libro, para mi es plagio en la piel”, comentó Nathaly.
Nathaly estimó que la originalidad es una de sus mejores cualidades, pues plantea la creación de tatuajes desde la concepción de la idea del cliente, de manera que tenga algo único, indicando a su vez, que desea promulgar el arte venezolano fuera de nuestras fronteras, para así motivar otra visión del país.
“Quiero llevar mi arte y el arte de otros tatuadores e ilustradores a tras naciones para mostrar el talento cultural venezolano y así darle cabida a una nueva visión artística”, concluyó Bonilla.
Desde la Plaza/KCB/ @NathalyBonilla