Recocido como el pensador socialista, activista revolucionario y filósofo más influyente de todos los tiempos, Carlos Marx nació en Tréveris, Prusia occidental hace 196 años.
Para Marx, la ciencia era una fuerza histórica motriz, una fuerza revolucionaria. Descubrió la ley del desarrollo de la historia humana: el hecho, que el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse antes de poder hacer política, ciencia, arte, religión.
Además descubrió la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas.
Tal era el hombre de ciencia, que no hubo un sólo campo que Marx no sometiese a investigación, y no se limitó a tocar de pasada ni uno sólo- incluyendo las matemáticas, en la que no hiciese descubrimientos originales.
Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación, fueron sus principios de vida.
De esta forma, respondiendo a un método de estudio que exige mucho rigor científico, realizó los mayores aportes en torno al modo en que evoluciona y se transforma toda sociedad, desde las formaciones nómadas hasta la sociedad industrial.
Luego de muchos años de su muerte, el fantasma de Marx acecha nuevamente al mundo capitalista, ese que hasta nuestros días impera en las relaciones del hombre. Movimientos sociales y políticos de todo el mundo tiene a Marx y a sus teorías como principios fundamentales para «derrotar» al sistema. Veamos si luego de más de 50 años de su manifiesto, Marx logre, a través de sus adeptos conquistar al mundo y transformar las relaciones humanas hacia la teoría comunista que él mismo desarrolló.
Desde La Plaza / JT