Cuando ya no vivimos en nuestro país de origen, muchísimas cosas cambian, la comida, el horario de trabajo, estilo de vida y con esto aparecen nuevas costumbres y hábitos a los cuales tenemos que acostumbrarnos. Pero hoy les contaré un poco sobre las cosas a las cuales el venezolano debe adaptarse siendo un migrante en europa por ejemplo.
Estamos acostumbrados a ir a fiestas y simplemente llevar un regalo y buenos deseos, pero se ha puesto de moda en nuestro país, las fiestas de traje, y no me refiero a ropa, hablo de que cada invitado trae algún bocadillo o bebida para compartirla con los demás asistentes al bonche, pero en el continente europeo es todo lo contrario, por ejemplo si usted es el cumpleañero, debe ser usted mismo quien organice, pague y recoja todo antes durante y después de la fiesta.
Otro ejemplo de adaptación es que tenemos que acostumbrarnos a no escuchar música con niveles de volumen que se oigan en todo el sector, por eso te denuncian y te multan, cosa que me parece muy buena y que debería implementarse en nuestro país. También hay que acostumbrarse a que lo que se promete se cumple, y si usted prometió asistir algún sitio, prometió algún obsequio, cumpla, su reputación está en juego debido a que en europa acostumbran a ser responsables con ese tipo de detalles.
Con respecto a la comida, varía mucho y no es tan agresivo el cambio, en la mayoría de las ciudades europeas se consume más o menos lo mismo que en Venezuela, generalmente, pan, pastas, arroz, sopas entre otros, claro que son preparadas de diferente forma y con otro sazón, pero seguro les gustará probar lo que les ofrecerán en esos lugares para comer.
Adaptarse a ahorrar y no gastar más de lo que se tiene en el bolsillo es una de las cosas que marcarán la diferencia en su nueva vida, nunca cuente con lo que no tiene y arrópese hasta donde llegue la cobija, porque esto deriva en tener que conseguir dinero donde no lo hay, la gente europea es un poco quisquillosa para prestarlo, y más aún quisquillosa para cobrarlo, no es nada que se pueda recomendar.
También toca acostumbrarse a tener que pagar por todo y al día, no existe el «té pago mañana o la semana que viene», es hoy o nunca, por ejemplo, te atrasas en el pago de algún servicio, agua, electricidad, gas, y hasta aquí llego la fiesta porque nos quedamos sin luz, de nuevo la puntualidad juega un papel importante en tu nueva vida.
Y otra cosa a la cual estamos muy acostumbrados y de la cual debemos cohibirnos en ese lado del mundo es a visitar alguna amistad sin avisar, no es muy bien visto llegar a casa de algún conocido sin previo aviso, y mucho menos se le ocurra hacerse una autoinvitación, la raya no se le quitará ni con cloro.
DesdeLaPlaza.com/José Miguel Sequera