Lanzado desde lo alto de un rascacielos, un simple bolígrafo sí que podría ser muy peligroso. Dependiendo de su diseño, podría girar como una ruleta y descender con una trayectoria errática o podría caer recto como una flecha. En este caso, podría caer a una velocidad de 320 kilómetros por hora. Aterrizaría golpeando un área muy pequeña con mucho ímpetu. Podría fracturar el hormigón de la acera, se quedaría clavado si cayese sobre madera y, desde luego, no querrías que te cayese en la cabeza.
Una moneda difícilmente podría convertirse en un arma letal, por muy alto que sea el edificio desde el que la lancemos. Pesan demasiado poco, son demasiado planas y su caída estaría amortiguada por demasiado aire como para convertirse en un proyectil peligroso para los que pasen por debajo.
De hecho, en el vídeo que le ofrecemos a continuación, un episodio de «MythBusters«, intentan responder a la misma pregunta: ¿una moneda caída desde lo alto del Empire State podría matarte si te cae en la cabeza? No se pierdan los experimentos para comprobarlo
Louis Bloomfield, físico de la Universidad de Virginia, lo sabe bien. Como parte de una investigación, en 2012 utilizó túneles de viento y globos de helio para recrear la caída de un centavo estadounidense desde lo alto de un rascacielos. Se usó a sí mismo como diana, y al caerle en la cabeza comprobó no solo que no le mataba, obviamente, sino que el golpe era perfectamente soportable.
Desde la Plaza/ Ciencia al Día/ AMH