Un mundo conectado, millones de usuarios en computadores de escritorios, portátiles y teléfonos inteligentes. Redes sociales para cada sector, sea entretenimiento o profesional, cientos de millones de personajes interactuando, conocimientos, chistes, prejuicios. La verdad es un predicado de segundo orden en el mundo irreal, virtual y digital.
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El talento es una virtud que todo ser humano posee, igual ocurre con el temor y el miedo. Presentar una idea novedosa, un proyecto culminado o incluso una opinión, es difícil porque el temor del juicio es tan dramático que puede doblegar a cualquiera. El detalle reside en que unas personas no temen mostrar su talento y otras sí, por ello parece que los genios son pocos, pero la realidad es que son muchos, solo tienen miedo.
Cazar talento y buscar oro en la era digital, es la premisa de las grandes empresas del mundo. Quienes han desechado el antiguo modelo de esperar que un talentoso se acerque, pues ellos lo buscan e incluso lo acechan.
¿Es posible, conseguir mentes brillantes surfeando entre 0 y 1?
Por supuesto, son innumerables la cantidad de portales que se dedican o prestan servicios para que las estrellas brillen y mostrar sus capacidades académicas, profesionales y humanas. Evidentemente, la más popular es LinkedIn, donde cientos de personas publican su currículum, experiencia, expectativas e incluso, sus actualizaciones de estado se relacionan al trabajo que desarrollan.
Iniciando con LinkedIn, podrá llegar a un perfil en Twitter o Facebook, o dependiendo del rol puede ubicar el talento en sitios como Behance, Pinterest y Github.
Publicar y vender la imagen del personaje es tan importante para el usuario como para el cazador que está buscando al personaje perfecto para cumplir un rol en una empresa.
Estatus, agonizan las direcciones y gerencias dedicadas a la Gestión Humana o Recursos Humanos. Es cuestión de tiempo, solo para aquellas que aún mantienen el modelo conservador de esperar con brazos cruzados que el joven genio aparezca como un gran acto de magia a la empresa para entregar su resumen curricular. Pues, eso dejo de ocurrir hace mucho tiempo.
¿Es suficiente surfear?
Pues, evidentemente no. Existen otros mecanismos que también son efectivos, el primero de ellos, abrir las puertas al público, permitir el acceso o divulgar el trabajo que se realiza. Hacer presencia en todas las instancias educativas – formales e informales – ir a las universidades, a los liceos, ofrecer mecanismos de propagar el conocimiento, un ejemplo contundente, pues nuevamente el gigante estadounidense Google, abre sus puertas de su trabajo y conocimiento mediante plataformas educativas como Udacity, con cursos gratuitos y algunos pagos, mientras los entusiastas se forman en sus intereses y ellos observan quienes resaltan para luego contratarlos, sin necesidad de esperar que llegue un currículum a sus oficinas.
En este momento, vale recordar al personaje James Bond y su famosa frase “Un Martini, agitado, pero no revuelto”, es decir, hay que mezclar ambas dinámicas para lograr el objetivo, formar mejores profesionales, contratar a los mejores y sobretodo, evitar la fuga de talentos.
¿La fuga de talentos, tabú o realidad?
Sí, la fuga de talentos es una enfermedad que sufren todos los países del mundo, en algunos más evidente que en otros, pero la constante migración de profesionales no es una sorpresa, es una norma que se rige bajo la ley del más poderoso, sin referirnos exclusivamente al aspecto monetario, es una cuestión de marca y de cumplir promesas o expectativas.
Así como la ciencia fluctúa, la realidad cambia y cada segundo las condiciones suben y bajan tal como una onda senoidal, pues llega el momento para que las instituciones públicas y privadas en Venezuela se sumen a esta revolución laboral, ofreciendo y cumpliendo las promesas o expectativas de cada trabajador y trabajadora, solo así se puede construir una relación entre los trabajadores y la marca, en este caso particular, es Venezuela y el eslogan “Ser venezolano es lo que está de moda”.
Así que antes de señalar al que emigra o denigrar al que se queda, pues recordar que Venezuela se plantea la construcción de un modelo distinto, de un país diferente y que el proyecto no reside netamente en un ámbito profesional, académico o científico – obviamente todas las anteriores son fundamentales – es la construcción de una marca y ella, tiene nombre de mujer y es Venezuela.
@YoSoyChiqui
@droidstarVE
DesdeLaPlaza.com /José Manuel España Figueroa