Como las matemáticas, como la historia, el lenguaje, el deporte entre otras materias que se ven dentro de los pensum educativos de nuestras escuelas, la alimentación según mi punto de vista debe estar incluida como una materia particular y exclusiva, desde los primeros años de la escuela básica hasta el último de bachillerato.
Se supone que la escuela prepara al ser humano desde su infancia para afrontar la vida, en la escuela uno aprende lo más básico para poder vivir en sociedad, aprendes a contar, a escribir, a tener y reconocer tu identidad, los valores para la convivencia, las ciencias de la vida, conoces el territorio de tu país, entre algunas otras materias que pueden ser que no sean tan importantes para la vida, pero lo más básico para el ser humano que es la alimentación no está incluido sino como una vaga referencia en algunos capítulos u objetivos dentro de algunas materias.
¿No es acaso importante para la vida cotidiana que aprendamos cómo y de dónde vienen los alimentos? ¿Qué se produce en nuestro país y qué se podría producir? ¿Cómo se transforman los alimentos en comidas o como se desarrolla la industria alimentaria?
Y además tomar en cuenta si ¿No es la soberanía alimentaria un tema de importancia para el desarrollo de un país, de una sociedad o de un individuo? ¿No es la escuela el lugar donde se puede iniciar el aprendizaje de este tema tan importante? ¿Acaso aprender a comer y a producir alimentos no es importante en la vida?
Estas son preguntas que me formulo día a día y a las que solo le encuentro las respuestas haciendo la propuesta de incluir la alimentación en el pensum de estudio durante toda la formación escolar.
Es la situación actual del país la que ha despertado en mí un interés particular, el apretón que nos están dando las transnacionales de alimentos con el único fin de asfixiarnos hasta quebrar nuestro espíritu y doblegarnos, me ha hecho entender que si no somos capaces de producir lo que nos comemos, de procesarlo y de distribuirlo nosotros mismos, entonces estaremos sometidos a la voluntad del poder mundial, que cada día controla más los medios de producción a través de las corporaciones que se van tragando las pequeñas empresas productoras de alimentos.
Las mismas que van penetrando culturalmente a través de las grandes redes de supermercados y que van posicionando en la mente de los consumidores sus marcas y productos dañinos, no solo para la salud sino para la capacidad de ser autosuficientes como sociedad, como país y como individuos.
Perdida de lo tradicional
Ya ni el campesino sabe cómo producir alimentos, hasta él mismo se ha convertido en un consumidor de semillas importadas y de agroquímicos, sin ese paquete tecnológico comprado en una tienda ya no es capaz de producir alimentos, no sabe producir su propia semilla, no sabe sembrar lo autóctono, no conoce el proceso natural, solo sabe de venenos y productividad más que de producción.
Simplemente, no sabe cuándo dejó de tener el conocimiento ancestral que ha mantenido a la humanidad en pie, se dejó llevar por el sistema de mercado, por la publicidad y dejó en manos del científico patrocinado por las corporaciones el tema del desarrollo de la producción de alimentos, perdió el material genético que durante miles de años nuestros antepasados habían recolectado.
En nombre del desarrollo el poder global nos convirtió en simples consumidores, y así se adueñaron de la mente, de los pensamientos, de la cultura y de las acciones de los seres humanos, a todos nos hacen vestir igual, pensar igual y comer igual.
¿A nadie se le ha ocurrido que es de esa manera como más fácil se puede controlar la vida? La producción del 95% de las semillas del planeta las producen solo 10 empresas, pero es aún más alarmante saber que el 75% de las semillas del planeta las producen solo 4 empresas, la estandarización de la cultura global o globalización como le llaman para disimular sus macabras intenciones de dominación, es la herramienta necesaria para ellos, porque así podrán controlar más fácilmente lo que se produce, de hecho ya es así.
No importa en qué lugar del planeta te encuentres, en los supermercados encontrarás la mismas marcas de alimentos, en los centros comerciales los mismos estilos de restaurantes, en los campos los mismos tipos de vegetales, porque en los medios de comunicación se difunde la misma cultura para todos por igual, es que sin el lavado de cerebro no podrían globalizarnos y no podrían jamás controlar los medios de producción de alimentos y de productos que llamamos de primera necesidad.
Si no te apegas a sus deseos de dominación, no solo puedes pagarlo con sangre, lo pagarás con hambre. Entonces ¿no es importante que desde la escuela nos enseñen a producir, procesar y consumir los alimentos que nos harían libres?
No es un objetivo dentro de una materia cualquiera la que hará que nuestros hijos sean los futuros productores de alimentos, es desde materias específicas que ellos aprenderán a producir, así como desde las matemáticas aprenden a sumar.
Estos son algunas de las materias que se podrían distribuir de acuerdo al grado de instrucción al que se puedan aplicar, pero esto es solo divagando un poco, pues creo que debería ser una discusión seria entre muchas personas y los entes respectivos.
-Cultura gastronómica nacional
-Cultura gastronómica ancestral de nuestros pueblos
-Producción de alimentos en el campo
-Producción urbana de alimentos
-Procesamiento de alimentos en la industria
-Procesamiento artesanal de alimentos
-La Nueva cultura alimentaria
-Potencial productivo del país
-Soberanía alimentaria
-Mercados comunales de alimentos
-Organización colectiva para la producción de alimentos
-Tecnología de alimentos
-Tecnología para el procesamiento de los alimentos
-Rescate de material genético autóctono
-Producción orgánica de alimentos
-Planificación en la producción urbana y rural de alimentos
¿Soberanía alimentaria? ¿Hombres y mujeres libres? ¿Revolución? Eduquemos a nuestros hijos con lápiz y papel en mano, enseñémosles esta fórmula: (s + t + p – g) x ncp = L (semilla + tierra + procesamiento – globalización) x nuestra cultura propia = Libertad.
DesdeLaPlaza.com / Rómulo Hidalgo