Colin Ashby tenía 18 años y quería ir a la universidad pero no contaba con créditos ni becas que hicieran posible este sueño.
No quería tampoco ser carga para sus padres, por lo que esta dificultad lo llevó a pensar que sería mejor vivir en su antiguo Ford Focus, acto que hizo en secreto ya que ni sus padres ni la universidad sabía que el chico vivía en esas circunstancias.
«Sentí que era mi responsabilidad afrontar los gastos de la universidad«, dijo. Ahora, ya en perpectiva, dice no arrepentirse de la experiencia en absoluto: «fue miserable y dolorosa a veces, pero también me abrió los ojos».
No dándose por vencido, volvió a postular a las becas y subvenciones hasta que en última instancia pudo concretar la petición.
«Realmente me hizo consciente de mi tiempo», dijo Ashby. «La biblioteca era mi mejor amigo. Tenía aire acondicionado«. El calor, dijo, era «con mucho, la parte más difícil» de soportar en el pequeño Focus.
«Tuve un ventilador, pero la toma de tensión del coche no era suficiente. Había noches que apenas podía conciliar el sueño con tanto calor y humedad».
Para poder asearse utilizaba los camarines de las canchas de la universidad, mientras que para lavar utilizaba las lavanderías del campus.
Los únicos que sabían de su secreto eran sus seis hermanos y para sustentarse trabajaba en un McDonals de 9 de la noche a 5 de la mañana.
«Lo hice por necesidad», dijo. «Yo sabía que tenía que ir a la universidad. Sabía que la universidad era importante. Y yo sabía que iba a hacerlo posible sin importarme el precio a pagar», dijo el joven que está a punto de titularse en diciembre.
Hoy vive con su hermano el que reciéntemente se mudó a Austin, Texas.
Desde la Plaza/Publimetro/AMH