Programar es una tarea simple para el que jamás ha desarrollado, un hobbie para aquel que aun no legitima el conocimiento académico que genera y una amenaza para el científico de la vieja escuela que no reconoce el valor de las Ciencias en Computación y aun maneja el paradigma de las ciencias puras, al final, sandeces y nimiedades de un sector que no comprende el poder y la magia de la programación.
El desarrollo de una pieza de software y su modelo de distribución es un tema de discusión constante y latente. Existen muchísimos modelos de desarrollo, pero en su punto mas básico existen dos vertientes predominantes, el desarrollo de software bajo el modelo de distribución propietaria y libre.
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La computación hoy día, es una herramienta fundamental para casi cualquier escenario y ámbito profesional, permitir la automatización de tramites hasta apalancar el desarrollo industrial de una nación. No tiene limites cognitivos, innovadores y creativos, pero si burocráticos.
Sin duda alguna, la computación moderna es una bendición o al menos parece disimularlo.
¿Donde están los programadores?
Hay que preguntar, ¿Donde están? Existen miles de problemas que resolver, millones de situaciones y escenarios esperando para ser evaluados y revisados. Pues simple, gritar alguna cita sobre Star Wars y colocar una cafetera, esperar unos minutos y empezaran a llegar.
Un programador puede tener preferencias sobre el Sistema Operativo, Lenguaje de Programación e incluso que tipo de piezas de software le interesan, pero un buen programador es aquel que simplemente es capaz de resolver una situación o analizar un problema, independientemente de las herramientas que utiliza. Porque el programador sabe, que el resto es carpintería y tecnicismo.
¿La carpintería y el software libre?
Utilizar software libre es mas que una herramienta, es adoptar un paradigma de distribución y desarrollo de software. En el existen millones de Utilidades, Lenguajes de Programación, Sistemas Operativos y mas; Abiertas al publico para su uso, sea por una distribución gratuita o paga. La gran ventaja recae en ser dueño de la pieza de software adquirida y poder hacer con ella lo que le venga en gana a cualquiera.
Al final, sigue siendo carpintería, pero como todo trabajo lleva tiempo en ejecutar, desarrollar y liberar una versión. El problema de la carpintería en este paradigma, particularmente en Venezuela, es que casi 11 años de un decreto que abrió las puertas, aun se discuten propuestas, comités de trabajo y toda una parafernalia tremenda, sádica y perversa que hace que los programadores terminen en las cavernas mientras los burócratas asumen el rol protagonico y no resuelven los problemas.
No hay carpintería, ni tecnicismo que pueda con semejante monstruo.
¿Es la burocracia la culpable?
Si, es inaceptable que el estado venezolano deba generar una ley para penalizar a las instituciones publicas que no contribuyen con los procesos y planes de migración tecnológica. El avance es muy cuestionable, por lo tanto, tomar una decisión para migrar una plataforma o planificar una posible migración es tan complejo que parece no ser suficiente casi 11 años del famoso 3390 o sencillamente el venezolano esta acostumbrado a trabajar mediante el látigo y la represión, me permito tomar una postura y decir, no puedo concebir una realidad tan dantesca como la ultima por ello, hago hincapié hacia los burócratas de “La Revolución Tecnológica” discurso tan gastado que ya forma parte del trasnochado hablador de sandeces – esperaba un improperio- ,pero agréguelo usted.
Para finalizar, hay que resolver los problemas. Hay que generar tecnología, apostar por el talento nacional, venga del sector publico o privado, producir software de calidad, generar conocimiento y que este abierto para el dominio publico y sobretodo, jamas olvidar, la tecnología debe ser humana, para mejorar la calidad de vida y no para seguir bajo el esquema de los esclavos tecnológicos.
Los problemas no se resuelven, en planificar, reunir, proponer y pensar, llego la hora de ejecutar.
DesdeLaPlaza.com/José Manuel España