El que no usa las frases populares de su patria no quiere a su madre. ¡Pues sí, mijo! es como una traición a todo el acervo lingüístico de la nación y, podrías ser catalogado de apátrida si tampoco las conoces. Bueno, tampoco así, pero es indudable que los venezolanos empleamos frases que solamente nosotros conocemos ¡No te dejes engañar!
Ahora bien, ¿Cuáles son estas expresiones? Desde La Plaza te las presenta o mejor dicho te las recuerda, porque muchas de estas frases las usamos en nuestro día a día y hasta sin darnos cuenta, pero lo más curioso es que solo nosotros sabemos qué significan.
A esta frase normalmente le antecede un: «te lo dije, ¿no paraste bol*s?, entonces anda a llorar pal valle»…. Bueno, lo cierto es que esta jerga venezolana se tiende a usar cuando un amigo no «cogió consejo» y le formamos aquel berrinche pa’ que sea serio.
Pero, como nunca falta un «pero», también se puede emplear al ganarle en una competencia a nuestros panas y con todo el placer del mundo, les gritamos: ¡A llorar pal valleeeee!
Ahora pregúntame: ¿Por qué precisamente para el valle? ¿Quién tiene la respuesta? Estas son cosas de venezolanos y punto. ¡Más claro no canta un gallo!
Cuando decimos: «ese examen estaba peluo» ¡Ojo! no nos estamos refiriendo a que la prueba poseía exceso de bellos púbicos, ¿ok? Si no que su nivel de dificultad era realmente elevado.
En fin, el venezolano, cuando emplea esta frase en cualquier contexto, está haciendo alusión a que algo es extremadamente difícil.
Y por cierto, saber quién fue el artífice de esta expresión popular si que «está peluo».
Para entender la frase «un pelo» es totalmente sencillo. Solo hay que reemplazarla por el término «un poquito». Pero nosotros para hacerlo más divertido, decimos cosas como estas: «Espérame un pelo ahí» , «súbele un pelo al televisor», «falta un pelo para llegar» y así sucesivamente ¿Me expliqué?.. ¿sí? Entonces, tienes 20 puntos en la boleta.
Como nos caracterizamos por recurrir a términos «elocuentes» y de los más «sofisticados», no decimos: «Amigo, préstame atención», sino «mira, mijo, para bolas, me voy a hacer un collar con las bolas que me estás parando». Y a pesar de que esta jerga también es empleada en otros países latinoamericanos es un término muy venezolanísimo.
Además, también se tiende a usar cuando la persona que te gusta no te presta atención: «esa chama no me para bolas» ¡Acéptalo! Es triste, pero esas palabras algunas vez han salido de tu boca.
¿No te ha pasado que alguien te arruina un momento de alegría con una acción o un comentario negativo? Bueno, ese es un «corta nota«. Incluso que estés en una fiesta bailando inspiradamente y de manera repentina el Dj quite la música dirás: «Ese tipo si es corta nota, vale».
Y como sabemos que tú no eres «corta nota», continuarás leyendo esta nota que está buenísima.
Sabías qué una ladilla es un diminuto insecto parásito que tiende a vivir en la zonas íntimas y suele generar picazón en esas áreas, generando mucha incomodidad a su portador.
Entonces, como a los venezolanos nos gusta hacer comparaciones extremas pero a su vez muy divertidas, a las personas fastidiosas e insoportables de manera «sutil» y «respetuosa» las calificamos como «ladillas».
Es más, cuando estamos aburridos solemos decir que estamos «ladillados», como por ejemplo: “estaba ladilladísimo en esa fiesta, así que me fui”.
Es innegable que a gran parte de las venezolanas no les agrada este término tan usado por los jóvenes, ¿la razón? pues no lo sabemos, pero creo que se sienten descalificadas. Lo cierto es que cuando decimos «jeva», estamos haciendo referencia a una mujer cualquiera o a nuestra novia.
«Mi jeva estudia», «esa jeva es gorda», «te presento a mi jevita». Total, a las féminas nos les gusta esto, pero lo que no saben es que le decimos así por cariño *-*.
Si hay algo que identifica a los venezolanos es su viveza, por lo que no hay situación a la que no intentemos sacarle provecho. Pero, cuando alguien sobrepasa los límites es común que les digamos: «Mijo, te va a morder un peluche«, o “te va a atropellar un carrito de helado».
¿Cierto? Tú sabes que sí, «rolitranco e vivo».
Esta frase es de muy vieja escuela, por lo que es típico que las madres, abuelas o tías usen esta expresión cuando una persona tiene a una de ellas totalmente obstinadas y sienten que van a «explotar» de la rabia.
Y bueno, como el que «no coge consejo no llega a viejo» aprovechamos este momento para decirte que evites poner a tu madre, a tu abuela o a tu tía «hasta la coronilla», pues puede ser perjudicial para la salud de ellas.
Es usual en el vocabulario de los «pavos» de ahora, por lo que es como la versión 2.0 de la expresión «cara dura». Y se emplea cuando el descaro de una persona llega a un «nivel Dios», así que chiamoo no seas «care tabla».
Cuéntame, ¿Te vacilaste la nota?.. ¿Si? entonces no seas «pichirre» y compártela con tus panas.
Desde La Plaza/Matadornetwork/Kelvin Castillo