Este 10 de abril, en el Teatro Municipal de Caracas se inauguró la cuarta edición del Festival de Teatro de Caracas con la presentación de Pagagnini, un virtuoso cuarteto de cuerdas español, que mezcla el humor con los momentos más cumbres de la música clásica. Debo decir que me impresionó cuando por primera vez los vi en la grilla del Festival; ciertamente este espectáculo le ha dado la vuelta al mundo, y se presentaba como algo de lujo para la inauguración.
Sería egoísta decir que ese día el Teatro Municipal mostraba su mejor cara, ya que afortunadamente nos acostumbramos a que todos los días del año muestre una excelente cara. Sin embargo, si, relucía, todo impecable. A las 5 de la tarde los guías de Fundarte en sus puestos y la fila de gente afuera crecía y crecía.
Mientras, adentro del teatro la corredera típica de los organizadores de tan magno evento minutos antes de su inauguración. Escuché que a última hora falló la consola de la agrupación, por lo que tuvieron que cambiarla por otras. Ya para ese momento eran las 5 de la tarde, hora pautada para el inicio.
En los pasillos del teatro desfilaban grandes figuras de la dramaturgia venezolana. Muchos artistas y otra gente con cara de artista. También estaban unos muchachos, una suerte de animadores, la imagen de Movistar, quienes con la gente practicaban ese ritual de ser simpático mientras que la espera se hace fastidiosa. Ante todo esto los guías de Fundarte activos, respondiendo diligentemente todas las preguntas de quienes teníamos el privilegio de andar a nuestras anchas por los pasillos y haciendo la fila afuera, como la mayoría.
Marcó el reloj la 5:30 de la tarde cuando entré a la monumental sala del Teatro Municipal. Es difícil calcular si predominaban jóvenes, mujeres, adultos mayores, peluos, tatuados, encopetadas, emperchados, hippies, neo hippies. Ahí había de todo y pa todos. Aunque un poco impacientes, porque ya eran las 5:45 de la tarde, la gente (que aplaudían como inútil método para apurar el inicio) comentaba «ojalá valga la pena».
Desde mi silla, a un lateral del primer piso, podía divisar algunas personalidades públicas como la actriz Francis Rueda, el hijo del presidente Nicolás, el presidente de Fundarte Freddy Ñáñez, el cantante Omar Enrique y otras personalidades de las artes, la cultura y bueno, la nueva farándula.
Como de costumbre, en el patio del teatro se reservó una fila para autoridades e invitados especiales. A mi lado una muchacha quería compartir su frustración por dicha reserva, yo trataba de ignorarla, pero ella insistía. Luego de mi respuesta, poco simpática y que no viene al caso, la chama no me habló más.
Por fin, a las 6:20 de la tarde salió al centro del escenario el Jefe de Gobierno de Distrito Capital, Ernesto Villegas. La gente aplaudió de forma normal, ni muy efusivos ni muy flojos. Me di cuenta que era la falta de emoción de cierta área del público era por asuntos políticos. Que muchas de las personas que estaban ahí, privilegiados que estaban a punto de disfrutar de la inauguración del Festival, intentaran pitae a los organizadores del Festival, porque Dólar Today así se los ordena. Igual, el intento de pita llenó de fuerzas a la otra parcialidad política, que en respuesta que luego hizo que retumbara el Teatro Municipal en apoyo al presentador y al Festival al son de “Viva Chávez, carajo”.
“Caracas se engalana con este festival”, “Somos tierra de paz y alegría”, “la única amenaza es que se enamoren de este país”, dijo Ernesto, aplaudido luego constantemente por el público. Aprovechó para anunciar que el Gobierno del Distrito Capital abrirá una convocatoria a grupos de danza y teatro, para el uso de las instalaciones del Teatro Principal y el Teatro Bolívar, amén de apoyos económicos. Ahí todos aplaudían, nadie pitó.
Luego salió el culpable del Festival, el alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez. Describió el Festival como la fiesta del encuentro, fraterno, del abrazo y la sonrisa. Luego de recordar que en el primer festival habían 2 salas habilitadas y en este hay 25 dijo: “esto que estamos viviendo es el futuro”.
Lo demás, es placentera historia para quienes estuvieron. El show comenzó a las 6:30 de la tarde. Impecable como todos esperábamos. Los españoles de Pagagnini no dejaron de recibir aplausos y finalmente, en esta era en la que todo lo podemos conseguir en internet, no pretendo contar como fue el espectáculo. Mi última reflexión es que no desaprovechen este Festival, muchas ciudades de Venezuela y la región ansían tener un pedacito de todo esto que disfrutamos los caraqueños. Todos y todas, piten o no.
DesdeLaPlaza.com / Gabriel Ramírez