El nivel más alto de radiación ultravioleta fue registrado en los Andes Bolivianos por un grupo de científicos del Servicio Meteorológico de Alemania y del Centro Ames de Investigación de la agencia espacial estadounidense NASA, esta medición fue realizada en diciembre de 2003 y arrojó un índice de 43 en radiación.
Un estudio realizado por estos expertos señaló que «la altitud, la fina capa de ozono y el cielo despejado producen una intensa radiación ultravioleta en Los Andes tropicales«.
Según los autores, los datos recolectados entre 4.300 metros y 5.916 metros sobre el nivel del mar en Bolivia muestran que «esta tendencia podría tener un impacto enorme en la irradiación solar de la superficie terrestre».
La directora del equipo, Nathalie Cabrol, miembro del Instituto Ames, explicó que los niveles de radiación ultravioleta no tienen precedentes, pues, “no se midieron en la Antártida, donde durante décadas han sido un problema los agujeros en el ozono».
Cabe destacar que las mediciones se hicieron en el verano de 2003 y 2004 con instrumentos desarrollados para la Red Europea de Dosímetro de Luz y el equipo de Cabrol realizó el trabajo durante una investigación de los lagos andinos como parte de un estudio de astrobiología.
Los investigadores instalaron los dosímetros en la cumbre del volcán Licancabur y en la cercana Laguna Blanca.
Según los expertos, la combinación de la luz solar al mediodía cerca del cenit con la altitud de esos sitios produce niveles de alta irradiación porque naturalmente el ozono es escaso en tales áreas.
Cabrol explicó que en una playa, durante el verano, puede experimentarse un índice de 8 o 9 en la radiación UV, lo cual ya requiere protección, pero alertó que se considera extremo un índice 11 de radiación ultravioleta.
Ante estos parámetros, aseguró que en algunas regiones el nivel ha llegado a índice 26, «pero el 29 de diciembre de 2003 medimos hasta 43″.
Los científicos apuntaron que la exposición a altos niveles de radiación ultravioleta afecta a la biosfera entera y no solamente a los seres humanos, puesto que, esa radiación daña el ácido desoxirribonucleico, afecta la fotosíntesis y disminuye la viabilidad de huevos y larvas.
Desde la Plaza / El Universal / SC